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lunes, 16 de septiembre de 2013

FE O CREDULIDAD

"CADA UNO DEBE ESTAR CONVENCIDO DE LO QUE CREE" (Rom.14, 5)
Convicción necesitamos antes que acción.
El Señor nos repite una y otra vez que la fe es capaz de hacer grandes cosas, que la fe mueve montañas, que lo que se pide con fe se obtiene. También nos dijo y nos dice que Él vino a traer fe y que está deseoso de que arda en el mundo entero.
y ¿Qué es la fe? ¿Qué es creer? ¿Por qué tanta insistencia de parte de Dios? ¿Por qué el ser humano necesita creer? ¿En qué nos favorece la fe?
Muchas preguntas y una sola respuesta: DIOS Y SOLO DIOS!
La fe es la capacidad donada por Dios para adherirnos incondicionalmente a su plan de amor, es la capacidad de unirnos a la voluntad de Dios, es la capacidad de dar una respuesta a Dios consecuente con lo que Él nos expresa y nos invita.
La fe supone creer en Dios y creerle a Dios. La fe solo sirve para unirse a Dios. Cuando el ser humano deposita su fe en cosas o personas, o expresa que cree en tal o cual cosa o persona, eso no se denomina fe, eso no es una expresión de fe, sino que es credulidad. Y para los cristianos, la credulidad es amiga de la mediocridad y la mediocridad no es apta para Dios, no es apta para dar una respuesta, no es apta para suponer una expresión de fe.
La credulidad no nos lleva a ningún lado, la credulidad lo único que puede hacer es darnos la satisfacción momentánea, procurarnos ratos de placer, nos hace vivir la irrealidad de las cosas y nos inventa situaciones ventajosas a corto plazo. En cambio la FE nos alienta a dar pasos seguros y firmes en el camino real que Dios nos plantea. la Fe nos asegura el obrar de Dios a nuestro favor, porque hemos depositado la confianza en AQUEL que no defrauda, en AQUEL que es autor de todo y a quien todo se le debe. La fe nos levanta en gloria y nos deja ver y experimentar la REALIDAD de dios y la realidad de nuestra vida orientada a Dios. La Fe nos capacita para vivir la felicidad, la que perdura, la que viene de Dios, la que se disfruta todo el tiempo a pesar de todo y contra todo, porque es real y es un don de Dios.
Entonces, debe quedarnos muy claro, que los cristianos, los hijos de Dios, todos y cada uno de nosotros que decimos amar y conocer a Dios, no podemos movernos por credulidad sino por fe. y para esto debemos estar convencidos, y para convencernos necesitamos formarnos, conocer, ya que nadie puede convencerse de algo que no sabe o no conoce.
Renovemos esta palabra que el Señor nos dice hoy, que cada uno debe estar convencido de lo que cree. Entonces daremos testimonio de lo que es Verdad, de un Dios lleno de amor y misericordia que cuida de nosotros, y en ese testimoniarlo iremos creciendo en virtud para su gloria. Si estamos convencidos de nuestra fe todo nos resultará poco en la respuesta al Señor. Si simplemente tenemos una credulidad entonces nuestra vida será mediocre y no convencerá a nadie que vale la pena seguir a Jesús. Amén!

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