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jueves, 16 de junio de 2011

¡HACER LO QUE NOS CORRESPONDE!

Nos dice San Pedro: "Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. El que toma la palabra que hable palabra de Dios. El que se dedica al servicio que lo haga en virtud del encargo recibido de Dios. Así, Dios será glorificado en todo, por medio de Jesucristo, Señor nuestro, cuya es la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén"

Y, otra verdad ineludible hermanos, es la cuestión de ubicarnos en el tiempo y en el espacio en el cual Dios nos quiere; allí donde Él ha planeado nuestro mejor desempeño.
Si cada día de nuestra vida meditáramos sobre nuestra misión, sobre el por qué estamos acá y el para qué tenemos vida, entonces nos daríamos cuenta ¡Qué importante que es vivir!
Pero no solo vivir, sino bien vivir!! Vivir en la ubicación de Dios y se´gún Dios.

Como podemos ver en la carta de Pedro, siendo el elegido como cabeza de la iglesia, nos pide que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás...
Es necesario darnos cuenta que todas esas capacidades, virtudes, sapiencias, y formas que tenemos nos vienen de Dios, pero no para vanagloriarnos o para darle mal uso, sino para ponernos al servicio de los demás.
Cada uno de nosotros, en la Iglesia y en la sociedad, tenemos un lugar preparado, estamos capacitados por Dios para ocuparlo y si no lo hacemos, ese espacio queda vacío. Incluso, aunque alguien intente llenar ese espacio vacio, lo que hace es un simple reemplazo, pero no ejerce el valor con el cual nosotros, los propietarios lo haríamos. Lo mismo sucede cuando nosotros, por la motivación que sea, pretendemos ocupar el lugar de otro, el espacio que no nos corresponde.

La vida se trata de una prolija ocupación, estar cada uno en su lugar, pero no solo ocupándolo, sino ejerciendo el don conferido por Dios para tal caso y con el agregado de "hacerlo por servicio".

Bien! Nos podemos ir dando cuenta de que, aunque hablemos laboralmente, el lugar que ocupamos no es casual, o porque al patrón le gustó mi curriculum, o porque estudié para eso... ese lugar, ese puesto, esa labor me ha sido, nos ha sido encomendada por Dios, para que ejerza el don que Él me dado y para que sirva a los demás.
Y ¿Cuántos de nosotros tomamos el trabajo como un servicio? Generalmente se toma como una fuente que genera el bienestar social, porque a través del trabajo muchas familias tienen lo que necesitan para vivir. Socialmente el trabajo es una forma de subsistencia, una forma de sobrevivir, y muchas veces afecta tremendamente la falta de trabajo. Lógicamente, con esto no quiero decir, que no es para ocuparse cuando no se lo tiene, nada que ver, sino intento reflexionar sobre el verdadero sentido del trabajo y el lugar que cada uno ocupa en la sociedad. Trabajar es dignidad, pero esa dignidad debe estar orientada a Dios, al ejercicio de un don y al servicio de los demás.

Entonces ¿Será que la sociedad necesita valorar el trabajo como un servicio? Claro que si. Tanto patronales como empleados, y cada uno, tiene que ver que uno sin el otro no puede subsistir y que juntos lo que hacen a través del trabajo es ejercer un don y servir a los demás.

Y ¿Eclesialmente? en la Iglesia, más que en ningún lado, podemos ver y experimentar esta ubicación. No todos podemos hacer todo, pero tampoco todos debemos hacer todo; sino cada uno debe hacer lo que Dios quiere que haga, para lo que Dios le regaló el don y para el servicio de los demás, como nos sigue diciendo San Pedro "Como administradores de la Gracia de Dios" y esa gracia es multiforme, es decir, para todos los gustos y necesidades. Nadie puede decir que no tiene su lugar en la Iglesia... que lo deje sin ocupar es otra cosa distinta...

Muchas veces nos quejamos porque en la Iglesia están siempre los mismos que hacen todo, pero ¿Nos quejamos con motivos válidos? o ¿es una excusa de las más perfectas?
Hay veces que pocos hacen mucho, porque el resto no hace ni ocupa el lugar que le corresponde; si la comodidad nos gana entonces no culpemos a los demás que intentan tapar el hueco que queda con nuestra ausencia. Hagámonos cargo y ubiquémonos, para la gloria de Dios.

Eso termina diciendo pedro, que siendo ubicados, ejerciendo nuestros dones, Dios será glorificado!!!!
Amén

miércoles, 15 de junio de 2011

¡¡DAR A DIOS LO QUE ES DE DIOS!!

"Hermanos: Sepan que el que siembra mezquinamente, tendrá una cosecha muy pobre; en cambio, el que siembra con generosidad, cosechará abundantemente. Que cada uno dé conforme a lo que ha resuelto en su corazón, no de mala gana o por la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría. Por otra parte, Dios tiene poder para colmarlos de todos sus dones, a fin de que siempre tengan lo que les hace falta, y aún les sobre para hacer toda clase de buenas obras. Como dice la Escritura: "El justo ha prodigado sus bienes: dio a los pobres y su justicia permanece eternamente". El que da al agricultor la semilla y el pan que lo alimenta, también les dará a ustedes la semilla en abundancia, y hará crecer los frutos de su justicia. Así, serán colmados de riquezas y podrán dar con toda generosidad; y esa generosidad, por intermedio nuestro, se transformará en acciones de gracias a Dios"

Mis amadisimos hermanos, les quiero compartir este trozo de la carta de San Pablo a los Corintios, teniendo por Gracia de Dios, el mismo sentimiento en mi corazón, sentimiento que supongo lo llevó a escribir a Él, aparte de la inspiración divina, para enseñar a sus hermanos y para demostrarles su amor.

Hay muchas cosas muy importantes que podemos ver en este tan pequeño trozo, y tan grande a la vez. Nos habla de generosidad, de desprendimiento, de confianza, de fe, de parrecía... también de compromiso!!

Sepan que el que siembra mezquinamente, tendrá una cosecha muy pobre; en cambio, el que siembra con generosidad, cosechará abundantemente: ¡QUE GRAN VERDAD! me viene a la mente un cuentito de un hombre que una vez comió un melón sin semillas y como le gustaba la huerta se dispuso a tener una gran cosecha de esos melones. El tema es que pensó que bastaba solo con preparar la tierra, hacer los hoyitos en el piso, hacer como que ponía una semilla y luego taparlo... esperó, esperó, esperó y nunca germinaron ni crecieron sus melones... A veces nos sucede que pensamos mezquinamente, creemos que por estar en la viña del Señor, por darle un poco de nuestro tiempo, por cumplir con algunos preceptos, entonces nuestra vida cristiana ya está a la medida de Dios. Y cuando nos pide un poquito más nos empezamos a preocupar o a quejar que más no podemos, que ya es demasiado lo que hacemos o damos... pero ¿Saben por que sucede esto? Simple... porque aunque parece que lo tenemos claro, todavía nos puede la humanidad y nos quedamos en los seres humanos, no tenemos plena conciencia que lo que hacemos verdaderamente es para Dios, en Dios y desde Dios. Por eso muchas veces somos mezquinos, y pretendemos ver la gloria de Dios, pretendemos ver crecimiento, pero al sembrar con mezquindad se cosecha con pobreza!!!

Que cada uno dé conforme a lo que ha resuelto en su corazón, no de mala gana o por la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría. Por otra parte, Dios tiene poder para colmarlos de todos sus dones, a fin de que siempre tengan lo que les hace falta, y aún les sobre para hacer toda clase de buenas obras.: Esta carta de pablo habla de una colecta muy especial, donde los cristianos de muy buena gana habían accedido a aportar para ayudar a la Iglesia... Ahora quiero detenerme específicamente en nuestro compromiso con el Señor respecto al diezmo.
Quiero compartir con ustedes el llamado, la invitación a expresarle a Dios nuestro amor a través de la generosidad, el desprendimiento y sobre todo, a través de la confianza ciega en Él.
Hermanos, si Dios no fuera providente con nosotros, nadie, absolutamente nadie tendría nada!!!!! ¿Por qué tanto regateo con Él entonces? FALTA DE CONFIANZA... pero también falta de respuesta y de enamoramiento.
Dice pablo que Dios se encarga de que nada nos falte, es más, que se encarga de que nos sobre para hacer obras buenas... Entonces??? Solo es cuestión de animarse y demostrarle a Dios que verdaderamente creemos en Él y le creemos a su palabra; creemos en su fidelidad y solicitud por sus hijos, creemos que puede hacer grandes cosas.
Creo firmemente que aunque demos 1 peso, pero convencidos de que es para Dios y que él lo multiplicará para su gloria, que es lo que le pertenece y que es la ofrenda del corazón, experimentaríamos grandemente la providencia.

Mucho más podría decirles, pero solo los invito a pensar en esto, a recibirlo con alegría, a meditar en el corazón cuál es la verdadera motivación que debemos tener en el momento de hacer nuestra ofrenda a Dios.
Dios que es rico en amor y generosidad no dejará nunca de cumplir sus promesas!!!!! ESO ES VERDAD!!!!!!!!!!!!!


sábado, 4 de junio de 2011

POBREZA

Hablar de pobreza no siempre es fácil, porque en realidad pobreza no es solo la carencia de cosas materiales, sino que existe la gran pobreza y la peor de todas que es la pobreza en la dignidad, en los valores, en la educación... la pobreza personal.

Si la pobreza fuera algo malo Cristo no hubiera dicho "felices los pobres", pero claro, Cristo dijo "felices los pobres de corazón"...

Hay muchos pobres materiales que son ricos espirituales y hay muchos ricos materiales que tienen una extrema pobreza espiritual. Porque la pobreza que los acompaña es la pobreza del amor, pobreza de la paz, pobreza de la sensibilidad; se encuentran ricos en avaricia, codicia, egocentrismo, soberbia, y no logran ver que eso no los enriquece sino que los empobrece cada vez más.

El llamado a la pobreza lo han asumido muchos santos, el llamado a la pobreza lo asumen los religiosos con el voto, el llamado a la pobreza lo adopatan todos aquellos que se dan cuenta que las cosas materiales no pueden ni deben ocupar el lugar en el corazón del hombre, sino que hay que trabajar para tener el corazón repleto de la riqueza de Dios
Y ¿Cuál es la riqueza de Dios? La podemos ver claramente en su ejemplo, "EL QUE ERA DE CONDICIÓN DIVINA NO HIZO ALARDE DE SU CATEGORIA, AL CONTRARIO SE ANONADÓ A SI MISMO HACIENDOSE SEMEJANTE A NOSOTROS"

Dios no dejó de ser Dios, pero nos mostró la grandeza de su riqueza al hacerse hombre, al compartir la humanidad con nosotros, al nacer en una familia de condición humilde. Dios no vino al mundo como ser humano a mostrarnos un reinado de poder y de riquezas, sino que nos mostró la libertad de los pobres de espíritu, de aquells que no están atados a las cosas.

Por eso, la pobreza no hace indigno al hombre, sino lo que lo hace indigno es la riqueza del corazón que no tiene a Dios, el ser egoísta e insensible ante la necesidad de los demás, el creerse que todo lo sabe y todo lo puede, el creerse que es Dios y ocupar su lugar.
Eso es ser pobre.

jueves, 2 de junio de 2011

EVANGELIZAR

Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!

San Pablo nos abre su corazón, asi como a la comunidad de Corinto, para participarnos de la gran necesidad de predicar que Él tenia, su más profundo sentimiento: PREDICAR EL EVANGELIO.

Anunciar el Evangelio, predicar a Cristo, nunca debe ser en nuestra vida un motivo para robarle la gloria a Dios, sino, por el contrario, debe ser para darle gloria a Él.
todo lo que hacemos y todo lo que podemos hacer es porque Dios lo permite, es porque Él nos da la capacidad y los dones, es porque está dentro de su voluntad.
Nada podemos hacer por nuestros propios medios, todo nos viene de Dios; por lo tanto, todo debe volver a Dios en gloria y alabanza.

Ridículo sería creernos que porque podemos hacerlo o porque asumimos que tenemos capacidades para predicar, pensar que somos nosotros; Solo Dios es el importante!

Dios nos elije y a cada uno nos regala dones y capacidades para que en la sociedad en la cual vivimos podamos aportar nuestra presencia de su mano; y a algunos nos concede la gracia especial de predicarlo; lo que no significa que no todos podemos hacerlo, claro que sí, todos podemos predicar a Cristo.
Pero es verdad también que no todos tenemos el don de predicación, por ejemplo, como Pablo.

Yo me gozo en el Señor porque él me ha brindado esta capacidad y es mi gran pasión, predicarlo, exhortando a mis hermanos a la vida en Él, y confiando profundamente en la acción del Espíritu Santo.
Pero predicar no solo es hablar de Dios, predicar es vivir!! Por eso ¡¡Ay de mi si no predico el Evangelio!! ¡¡Ay de mi si no vivo el Evangelio!!

Esa es la predicación a la cual todos estamos llamados, y especialmente, aquellos que tenemos la misión de ejercer un don de la predicación, para que nuestra vida sea coherente entre lo que decimos y lo que vivimos.

si nuestro diario vivir concuerda con el Evangelio, seremos un claro ejemplo de predicación, tocaremos corazones y caminaremos en sendas de santidad.
Es el mensaje que debemos dar, es lo que nos dice San pablo: ¡¡Ay de mi si no predico!!

Evangelio=vida. AMÉN