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martes, 31 de diciembre de 2013

BALANCE

Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: «Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo. Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa. Anduve sin ropas y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver" (mT. 25, 34-36)

Como nos dice San Juan de la Cruz: "En el atardecer de la vida seremos examinados en el amor"

Cuando nos planteamos un balance, ya sea anual, ya sea mensual o simplemente el examen de conciencia diario, donde vemos lo que hemos errado y la necesidad de cambiar que tenemos, siempre hay una base sobre la cual podemos equilibrarnos y es el AMOR.

No es llenarnos de culpas por lo que no hicimos, no es cargarnos de pesares por lo que podríamos haber hecho, no es ahora mirar hacia atrás y ver con descontento que tal vez pasamos otro año, o día, sin hacer o sin decir, o sin realizar lo que nos correspondía; más bien es el momento oportuno de ver todo lo que hicimos y ponerlo en la balanza del amor, para tener en cuenta todo eso que hicimos cuánto amor ocupamos en hacerlo. Es decir, con cuanto amor hice todo lo que hice. Con cuanto amor vivi todo lo que viví.

No es lo mucho que se haga, no es la cantidad de palabras que se digan, no es los logros o éxitos que obtuve a lo largo del año, sino más bien cuanto amor puse en la construcción de mi vida, cuanto amor salió de la mi boca al proferir palabras, cuánto amor puse para disfrutar y lograr lo que logré.

Si el amor no tiene primacía en nuestra vida, entonces ni siquiera es necesario hacer balance. Porque lo primero es el amor y luego todo lo demás. Así lo dice San Pablo, que aunque moviéramos montañas a causa de la fe que tenemos, si nos falta el amor solo sería una inútil hazaña.

Tomemos la balanza y equilibremos bien nuestras obras, por pocas que sean, si hay amor, pesarán lo suficiente para ser una ofrenda agradable al Señor. Amén

sábado, 21 de diciembre de 2013

¡SABIENDO QUE SOMOS TUYOS!

"Pero tú, oh Dios nuestro, eres bueno y veraz; tú eres paciente y gobiernas el universo con misericordia. Aunque pequemos, somos tuyos, pues reconocemos tu poder; pero, sabiendo que somos tuyos, evitaremos el pecado" 
(Sab.15, 1-2)

¡Dios nuestro eres Bueno y Veraz! Qué grato recordarnos cada día de la bondad de Dios y de su veracidad. En dios no hay dobleces, no hay contrasentidos, no hay excesos de palabras inconclusas, en Dios no existe mentira alguna y tampoco existen falsas expectativas. En Dios todo es correcto, sano y verdadero. Digno de toda confianza y entrega.
Y Dios es Bueno, así como lo dijo Jesús: "¿Por qué me llamas bueno?, nadie es bueno sino solo DIOS" (Mc.10, 18). Solo Dios es Bueno con la virtud infinita de la Bondad. 

Bondad es la cualidad de bueno, hace referencia a lo útil, agradable, apetecible, gustoso, divertido que puede adornar la vida de la persona en la cual radica la bondad. Como decimos "bonachón". Una persona bondadosa tiene una inclinación natural para hacer el bien. Siempre se mantiene dispuesta a ayudar a quien sufre, a quien necesita, es una persona compasiva, amable y generosa. Y todo esto lo encontramos en Dios en su perfección.

Como seres humanos puede que seamos bondadosos, pero siempre tiene un pequeño desperfecto que es la tendencia al egoísmo, a la reciprocidad, a la gratitud que se nos debe, o simplemente porque siempre, queramos o no, estamos pendientes o a la espera de que se nos agradezca o se nos considere buenas personas por lo que hacemos. Poco o mucho, se exprese o no, es nuestra realidad que necesitamos ser reconocidos y aceptados.

En cambio, en Dios, radica es verdadera Bondad, la Bondad perfecta, la que da sin esperar, la que se regala porque sobreabunda y desborda, la que está siempre y la que no falla. Ese es Dios ¡DIOS ES BUENO!

"Tú eres paciente y gobiernas al mundo con Misericordia". La paciencia y la misericordia de Dios son infinitas y están a nuestra disposición, tal vez es por esto que muchas veces abusamos. Pero Dios es paciente, Dios sabe esperar, y todo lo hace Bien. Su gobierno es de misericordia, es decir, teniendo en cuenta nuestra condición pecadora y el deseo del corazón humano de reposar en EL. Dios sabe todo lo que nos acontece, sabe de nuestras luchas, sabe de nuestras caídas y valora con misericordia nuestra fortaleza para levantarnos y seguir adelante. Y no solo valora, sino que se muestra propicio para ayudar, para dar su mano, para poner su corazón que es amor en nuestra miseria que es pecado.

Pero lo mejor de todo, es que "Aunque pequemos, somos tuyos, pues reconocemos tu poder; pero, sabiendo que somos tuyos, evitaremos el pecado"
Esta es la mejor decisión de los hijos de Dios. Reconociendo el amor, la bondad, la verdad, la paciencia y la misericordia y el poder que hay en Dios, tomar la decisión de pertenecerle. 

Sabemos que somos tuyos dice la palabra, aún pecadores; somos de Dios, somos sus hijos, somos su hermosa creación, somos sus amados. Nuestros pecados no producen que Dios deje de amarnos, con el pecado somos nosotros los que decidimos alejarnos de Dios, pero su amor por cada uno sigue intacto ¡DIOS ES AMOR!

Pero cuando reconocemos lo que Dios es y lo que Dios quiere ser en nuestra vida, cuando reconocemos la grandeza del Dios de nuestra vida, cuando tomamos conciencia de quien verdaderamente es nuestro Dios, entonces ahí surge la decisión de santidad: "Sabiendo que somos tuyos evitaremos el pecado" ¡Qué impresionante! ¡Qué simple! Y tan complicado que lo hacemos nosotros.

Evitar el pecado es vivir la vida de Dios, es decirle al Señor con nuestras obras ¡Soy tuyo! ¡Soy tuya! Es demostrarle que nos hace feliz ser de su pertenencia, tener un lazo de familia con Él. Eso es dejar atrás el pecado, eso es el camino de conversión, eso es lo que cada uno, cuando dice conocer a Dios, cuando dice haber tenido un encuentro personal con Dios ya no puede seguir en lo mismo, tiene urgencia de un cambio. Ya no se conforma con decir soy así y así me quedo, al que le gusta bien y sino también, porque tiene una idea más alta, ya no busca agradar a los hombres, sino que porque tiene conciencia de que es de Dios evita el pecado e intenta agradar a su DIOS.

Ahora debemos preguntarnos, si todavía la conversión no ha empezado en nuestra vida o va demasiado lenta, si el egoísmo y la comodidad nos adornan ¿Hemos tenido un encuentro con Dios? ¿Nos hemos dado cuenta que somos de Él?

Nos dice Santiago: "Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe a través de las obras" (ST.2, 18); es como decir muéstrame tu conversión con palabras que yo te la mostraré con mi amor a Dios. Amén


jueves, 19 de diciembre de 2013

DIVINO NIÑO

Te diré mi amor, Rey mío, con una mirada suave, te lo diré contemplando tu cuerpo que en pajas yace 
(Himno de vísperas en tiempo de Navidad)

El Rey altísimo, el sol que nace de lo alto, el Príncipe de la paz, con cada uno de los nombres que fue anunciado el Redentor, Jesucristo, Nuestro Señor; y viene a nosotros de una manera tan pequeña y tan grande al mismo tiempo.

Viene Dios, así lo anunció el ángel a María, "Tu hijo es Santo, su Nombre Emmanuel". Dios con nosotros. Jesús, Dios que salva. Mesías, Ungido.

Dios es Dios y en su grandeza siempre nos muestra la humildad que lo adorna, siempre busca maneras simples y delicadas de mostrarnos quien es en verdad, como es en verdad, y como quiere que sus hijos seamos a su imagen y semejanza.

Un pequeño, un niño, un indefenso. Un grande, todo un Dios, el Todopoderoso. 
Sin casa, sin cuna, sin espacio para Él. Dueño del cielo y la tierra, Incontenible, eterno Dios.
Sin ropas, sin abrigo, con frío. Dios providente que acude en respuesta a las necesidades.

Todo en Dios parece una contradicción a la mente humana, más bien, es una contradicción a la mente humana que se hace un Dios según sus pensamientos y formas de sentir, que se arma un Dios según sus fuerzas o sus razones, que cree en un Dios de acuerdo a sus peticiones y respuestas ¡Qué distinto es el pensamiento de Dios! ¡Qué grande es! ¡Qué tremendo su amor!

Quien de nosotros no ha pensado alguna vez que Dios podría habernos salvado de cualquier manera, con una simple palabra, más bien, su Palabra se Encarnó, más bien quiso hablarnos en carne humana, más bien quiso hacerse escuchar como uno de nosotros, con nuestro lenguaje, con nuestra forma, con nuestros pesares, con nuestro crecimiento progresivo, y sin dejar de ser Dios. No dejó su condición divina, pero no hizo alarde de ella, nos dice San Pablo. No dejó de ser el Verbo Eterno del Padre Creador, que al pronunciarse dió vida, más bien se encarnó por voluntad del Padre para pronunciar una vez más la vida y así lo dijo: "Soy el camino, Soy la Verdad y soy la vida"

Y en su nacimiento ya nos mostró el Sacrificio con el cual seríamos redimidos, nos mostró el valor de la cruz, nos mostró la gran salvación que trae consigo el dolor y las privaciones. Nos mostró que su soledad iba a ser en muchas ocasiones. Nos mostró que sería su Madre, quien lo recibió en sus brazos sería quien lo acompañaría en el dolor del Sacrificio. La cruz es un pesebre y el pesebre es cruz.

Dice el himno: su Cuerpo que en pajas yace, premisa de su padecimiento en los azotes, su espalda castigada por la paja recién nacido, su cuerpo castigado por los azotes en su pasión. Su Madre admirando su nacimiento y su Madre admirando su padecimiento, y en ambos caso sin poder hacer otra cosa que admirar, contemplar y guardar en su corazón.

Y así mismo, Dios no renegó de ser humano, no renegó de compartir con nosotros, no reniega aún ahora por nuestra indiferencia, no renegará jamás porque Dios es amor. Y es ese Amor el que mueve su corazón para el bien de cada uno de nosotros, y lo seguirá haciendo, porque Dios no puede renegar de su misma esencia, Dios no puede dejar de amar porque es amor. Su gran amor se glorifica en la misericordia que nos tiene, en cada acontecimiento Dios es capaz de poner su corazón en nuestra miseria, levantarnos y decirnos que vale la pena seguir, porque para EL, pase lo que pase, vale la pena amarnos.

¡Navidad es amor! Principio del amor humanado, principio del cumplimiento de la Promesa de salvación, Dios que se acerca y nos toca la humanidad, así como si nos tocara el hombro y nos dice: ¡No lo olvides, YO TE AMO!

domingo, 15 de diciembre de 2013

PALABRA VIVA

"Así habla el Señor: Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la semilla al sembrador y el pan al que come, así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé."
¡Que maravillosa verdad que nos regala el Señor! Si cada uno de nosotros, usando el Don del Entendimiento, nos abriéramos a su Plan de amor, recibiendo su Palabra como la tierra reseca recibe el agua, el mundo estaría colmado de santos hijos de Dios. Él nos dice que su Palabra no vuelve a Él sin haber realizado todo lo que Él quiere y cumpliendo la misión encomendada ¿Nos hemos dado cuenta que la PALABRA SE HIZO CARNE Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS? Que ese verbo de Dios vino a decirnos TODO Y DE UNA SOLA VEZ lo que Dios quiere de nosotros. Esa PALABRA es el Emmanuel, el Cristo, el Mesías, que vino al mundo a compartir nuestra pobre humanidad y vivió como nosotros mostrándonos cómo vivir según Dios!!! Esa Palabra no volvió a Dios estéril, sino que cumplió con su MISIÓN: NOS SALVÓ!! Nos dió vida nueva con su PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN. Y lo sigue haciendo en Cada MISA! En cada Eucaristía, la Palabra de Dios hecha carne, se entrega, cumple su misión, nos salva y nos capacita enormemente para nosotros también, asi como la tierra que recibe el agua, podamos dar frutos abundantes... los frutos que el Sembrador espera después de la siembra!!!
Y ¿Todavía seguimos esperando que sucedan cosas importantes en nuestra vida? ... Todos los días y a cada momento suceden, sucedió y seguirá sucediendo... DIOS ESTÁ VIVO Y PRESENTE EN CADA HOSTIA CONSAGRADA... Es la Palabra hecha Carne que se quedó presente para que el ser humano la reciba y así cumplir la misión encomendada por su Padre, nuestro Padre... REACCIONEMOS EN EL NOMBRE DE JESÚS!!!!!

miércoles, 11 de diciembre de 2013

AMAR ES RECHAZAR EL EGOÍSMO

Siguiendo con la meditación del amor, intentando dar luz sobre hechos concretos, me dispongo a escribir ejemplos concretos tomados de algunas realidades vividas propiamente y/o vistas en los demás.

amar, principalmente, va de la mano con aceptar. Aceptar y aceptarme. Cristo nos dice: "Y amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Lc.10, 27)
Es inseparable la aceptación a los demás de mi propia aceptación, porque no puedo amar a los demás si no me amo primero. Y así podemos enumerar muchas virtudes que no podré practicar hacia los demás si no las he adquirido conmigo mismo. Por ejemplo: no podré ser paciente si no me tengo paciencia, no podré ser tolerante si no me tolero, no podré ver las cualidades de los demás si me considero inútil, no podré valorar a los demás si mi estima es baja, no podré alentar a los demás si tengo complejos, no podré escuchar a los demás si mis pensamientos me aturden, no podré dedicar tiempo a los demás si vivo apurado, etc.

Con todos estos ejemplos vamos teniendo luz que el primer amado en mi vida debo ser yo mismo. Y ese amor ami mismo es sano si yo vivo la primera parte de Lc.10, 27: "amarás a tu Dios con toda tu alma, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas". 
No podré amar ni amarme si no amo a Dios. Pero para amar a Dios hay que conocerlo, nadie ama lo que no conoce. Por eso, si no he tenido un encuentro profundo y personal con Dios no podré amarlo con todas mis fuerzas ni dejaré que EL me ame con todo lo que EL mismo es, DIOS ES AMOR.
En el encuentro con Dios encuentro el amor para amarme a mí mismo y para amar a los demás. Y así como no puedo amar a Dios si no lo conozco tampoco puedo amarme a mi mismo si no me conozco.

Muchas veces las faltas de amor hacia los hermanos es, simplemente, porque veo en ellos lo que no acepto o lo que me cuesta superar en mi mismo, pero como no lo quiero ver en mi propio yo, tampoco lo quiero ver reflejado en mi hermano. Muchas veces mi hermano se transforma en el espejo que me dice esa imagen mía que no quiero ver.

Vamos a un ejemplo concreto: tengo en mi vida un hermano que me saca totalmente la paciencia (falta de amor) porque todo lo tiene que tener anotado, todo lo controla de una manera que me causa nervios y hasta me da risa, mi imagen de ese hermano es que es un enfermo psiquiátrico obsesivo y que su forma de ser no edifica a nadie. Esas anotaciones que hace, esas descripciones con lujos de detalles cuando cuenta algo, ese acordarse de las fechas de cualquier situación ¿Acaso es necesario todo eso? ¿Para que sirve todo eso? Si lo que se necesita es saber concretamente lo que se quiere saber y punto. 
Analicemos: ¿Te hace perder tiempo? ¡NO! el amor hace que en ese tiempo que ves a tu hermano enredado con sus anotaciones y cosas que lo marean puedas conocerlo, puedas observarlo y en tu interior, en vez de impacientarte busques la forma de ayudarlo ¿Está mal querer ser ordenado? ¡NO! El orden, aunque a veces obsesivo, denota también un orden interior que se lleva o se intenta obtener, y se refleja en el orden exterior ¿Está mal ayudar a la memoria? ¡NO! Tal vez ese hermano no puede recordar las cosas tan fácilmente como vos y necesita tener anotado, separado, ordenado todo porque luego no sabe de que se trata todo eso que tiene en sus manos, incluso, tal vez, luego se le pide que rinda cuentas y si las cosas no están bien se le llama la atención.
Hay que aceptar al hermano como es y tratar de ayudarlo a crecer, y eso hace el amor. Por ejemplo y siguiendo con el mismo ejemplo: este hermano está encargado de la economía de una comunidad y necesita llevar un control de las entradas y salidas, es una persona mayor, es una persona insegura y es una persona obsesivamente responsable, por lo que necesita anotar todo. Tal vez, si a vos te impacienta tanto, podrías armarle un cuadernito, con separadores indicativos de cada nombre de los hermanos para que pueda identificarlos bien, y enseñarle a que anote todo sobre cada hermano en las hojas correspondientes... ¿Demasiado? ESO ES AMOR! Amor es tomarse el tiempo, conocer al hermano, y actuar en consecuencia. Y no significa que te estás enloqueciendo con el loco, estas amando!... Ahh! Pero yo no tengo tiempo!!! ¡Qué pena! El amor exige dejar el egoísmo para hacer feliz a los demás y ese tiempo que decís no tener es el que perdés con tu impaciencia.

Amar es fácil, solo es cuestión de decidirse! Amén

martes, 10 de diciembre de 2013

AMAR CONCRETAMENTE

"Queridos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor" (1Jn. 4, 7-8)

Lindo todo lo que la Biblia nos dice, preciosas las invitaciones al amor y las veces que se repiten. Lo dijo Jesús, lo dicen sus apóstoles, lo dicen los santos... Pero la Palabra hay que hacerla realidad. Y tan real como el mismo Dios lo hizo.

Juan nos dice que Dios es amor y que tanto amó al mundo que envió a su Hijo para salvarlo. Concretamente, el Amor se hizo carne y habitó entre nosotros.

Nos bastaría con mirar al actuar de Jesús en cada circunstancia para saber de qué se trata el amor y como manifestarlo, y no solo eso, deberíamos también tomar cada una de sus enseñanzas y aplicarlas a los hechos concretos de nuestro día a día. entonces ¿Qué es lo que se nos hace tan difícil de entender? ¿Por qué el amor no se comprende?
Es que el amor no se razona, el amor se vive, el amor se es, se apropia y se entrega.

Para ejemplificar hay infinidades de situaciones, cada momento de nuestra vida es una sumatoria de oportunidades para amar, todo el tiempo tenemos sucesos que requieren de nuestro amor, amor traducido en paciencia, perdón, escuchar, corregir, esperar, sonreír, y así, etc, etc.  Es que la vida misma es un hecho concreto de amor, vivimos porque Dios nos ama y fuimos hechos para el amor. La distorsión que nuestra vida experimenta hacia el desamor es fruto del pecado y del corazón herido por ese pecado, pero la vivencia del amor vence al egoísmo, vence al desamor, vence a todo lo que se opone al ejercicio del amor, así como Jesucristo venció al pecado, al mundo y a la muerte en la cruz y la cruz es la mayor muestra de amor. Ya lo dice la misma Palabra: "No hay amor más grande que dar la vida" (Jn.15, 13)

Y acá es como que se nos complica más aún, es que nos preguntamos ¿Tengo que morir por los demás? ¿Me tienen que crucificar? ¡NO! y ¡SI! No porque el Sacrificio de Cristo no tiene igual, nadie puede ofrecerse a su medida ni tampoco es necesario en el sentido que Cristo ya lo hizo de una vez y para siempre y por todos y cada uno. Su amor se derramó en la cruz para la salvación de todos nosotros y esa fue la mayor muestra de amor, la muestra de lo que Dios es capaz de hacer por sus amados.
Y si, en el sentido de que amar supone renuncias, supone morir al egoísmo, olvidarse del ego y dejar espacio a los demás, el amor supone que nos achiquemos un poco para que los demás puedan crecer, supone salir de uno mismo para que los demás puedan recibir. Quien ama  vive muriendo a sus pasiones, a sus opiniones, a sus decisiones, a su sabiduría, porque sabe darle el espacio a los demás y aportar hasta donde corresponde el amor, ni más ni menos. Si aporta más satura, si aporta menos le resta.

Amar es el equilibrio entre lo que yo quiero y lo que el otro necesita, es el equilibrio entre lo que yo necesito y el otro puede darme, es el centro de unión entre dos pareceres distintos que llegan a un consenso, renunciando de ambos lados para que nazca algo nuevo. amar es precioso, tiene un sin fin de aplicaciones y un sin fin de disfrute, amar es dar todo sin esperar nada a cambio y amar también es recibir todo sin despreciar nada.

Poco a poco vamos a ir aprendiendo a amar y se dará en la medida que el corazón se disponga, primero, a dejarse amar y llenar del amor de Dios, de ahí se desbordará el amor para todos y la vida será lo que Dios quiere para cada uno.

Primero decidámonos y luego aprenderemos! Si no hay decisión de estudiar a nadie se le ocurre pensar en una profesión, más cuando hay decisión se empieza y se concreta. Lo mismo sucede con el amor, no es cuestión de prácticas vacías, es cuestión de ponerle ganas a lo que ya estamos haciendo y esas ganas es ¡AMOR!

viernes, 6 de diciembre de 2013

MI PENSAMIENTO O LA VOZ DE DIOS

Muchas veces he escuchado o me han referido esta frase: "Dios me dijo" "Sentí en mi corazón"...

Y otras tantas me he preguntado ¿Cómo saberlo? ¿Cómo discernir entre la voz de Dios y la imaginación humana? ¿Cúal es la certeza? ¿Se puede afirmar esto con seguridad?

Para la mayor gloria de Dios ¡SI! es verdad. Es verdad que Dios habla y con la suficiente claridad. Pero para tener en cuenta los seres humanos ¡TAMBIÉN! nuestra imaginación muchas veces le hace decir a Dios cosas que EL ni tenia pensadas siquiera.

El Señor regala dones y carismas para la edificación de la Iglesia, y en ese uso lleno del poder del Espíritu Santo, una forma sencilla de discernimiento es LA PAZ Y LA ALEGRÍA.

Si algo dicho como de parte de Dios te produce paz, te da una serenidad, una tranquilidad que supone en tu vida una respuesta a algo que estabas esperando, sin dudas es de Dios; pero también, esa paz y esa certeza deben ser duraderas, no momentáneas. Por eso, el segundo fruto de haber escuchado realmente la voz de Dios expresada por los hombres es la alegría, el gozo del corazón, un gozo rebosante que te saca por completo toda angustia, toda opresión, toda preocupación por tal o cual circunstancia.

Cuando Dios habla es para dar una respuesta, es para confirmar algo, es para señalar un camino, es para expresar una promesa. Cuando da una respuesta la persona experimenta felicidad y se siente totalmente liberada del ¿Cómo? y del ¿Cuándo? Sabe y siente que eso ya está resuelto. Incluso cuando se expresa una respuesta de este tipo la persona puede, o no, experimentar un descanso en el Espíritu Santo. 
Cuando da una confirmación la persona que lo recibe experimenta la fortaleza de tomar la decisión de inmediato y hacer eso que le fue confirmado, ya no tiene dudas acerca de eso que la tenia indecisa y no podía resolver. Es una seguridad para dar ciertos pasos que sin ser confirmados por Dios, muchas veces no se darían.
Cuando Dios señala un camino a través de una Palabra encuentra la respuesta en una o en varias personas, más que señalar un camino podríamos decir que Dios lanza una invitación a la cual muchos son llamados a participar. De aquí que se puede vivir en comunidad por ejemplo y surgen nuevas comunidades y nuevos carismas eclesiales. 
Y cuando expresa una promesa, obviamente, para que sea de Dios debe cumplirse. Sabemos que los tiempos de Dios y los nuestros no son los mismos, y sabemos que los planes de Dios están, por así decirlo, sujetos a la respuesta humana, por eso muchas veces las promesas de Dios demoran en cumplirse.

Pero debemos tener en cuenta que la VERDADERA Y POTENTE voz de Dios es su PALABRA. Ahí es específicamente cuando Dios habla y no tenemos lugar a dudas de que lo que está diciendo es verdad. Dios no nos miente ni nos ilusiona. Dios dice la verdad, y lo que EL dice EL  lo hace.
Por eso, cuando hay una voz de Dios dada o recibida a través de los hombres, lo más loable es siempre pedirle al Señor la confirme con su Palabra, para poder discernir con claridad y sin error si lo que se dice y/o recibe es de Dios o es de la mente humana.
Si en algún momento estamos en dudas si decir o no decir lo que tenemos en nuestra mente, esta es la forma más apropiada para discernir y luego hablar.

Otra cosa a tener en cuenta, como dije antes, es LA PAZ Y LA ALEGRÍA. Si una respuesta, confirmación, camino o promesa no deja paz y alegría entonces lo expresado ha sido fruto de un deseo del corazón humano y del uso de la imaginación.

Es para tener en cuenta, en el servicio que damos a nuestros hermanos a través de estos dones, ya que podemos provocar cosas que en realidad Dios no quiere y que al no lograrlas humanamente surgen los fracasos, las heridas y las huidas.

Seamos conscientes, abrámonos a la acción del Espíritu y no le hagamos decir a Dios cosas que nos gustaría a nosotros. Dejemos que Dios sea Dios y nos use a su modo y para su mayor gloria. Amén

jueves, 5 de diciembre de 2013

PALABRA DE CONOCIMIENTO

"Jesús bajó a Cafarnaúm, pueblo de Galilea. Enseñaba a la gente en las reuniones de los sábados, y su enseñanza hacía gran impacto sobre la gente, porque hablaba con autoridad" (Lc.4, 31-32)

Jesús enseñaba sobre las reuniones de los sábados, tema demasiado importante para la época, como si cada uno de nosotros enseñáramos hoy sobre la Santa Misa y el valor incalculable de participar los días domingo, celebrar el día del Señor.

Jesús enseñaba, siempre enseñaba, su vida y sus palabras eran enseñanzas. Todo en EL nos habla de la vida que el Padre quiere para cada uno de nosotros, de la voluntad de Dios, de lo correcto, del camino seguro.

Y la enseñanza de Jesús hacía, como dice la palabra, un GRAN IMPACTO sobre la gente, porque les hablaba con autoridad.

Este versículo del evangelio debe resonar en nosotros con ese tremendo impacto y llevarnos a la reflexión de nosotros mismos ¿Cómo es nuestra enseñanza? ¿Qué impacto produce en los demás? ¿Cuál es nuestra autoridad?

Cuando estamos llenos del Espíritu Santo las palabras que salen de nuestra boca no pueden ser palabras que hieran, palabras que provoquen ira, palabras que desentonen con la enseñanza que queremos dar. Más bien, al ser llenos del Espíritu Santo las palabras causarán un impacto en el corazón del hermano que lo llamará a la conversión, a un cambio de actitud.

Esta Palabra no solo podemos aplicarla a la enseñanza, sino también a la corrección fraterna. Si somos llenos del Espíritu Santo, cuando corregimos al hermano sin dudas lo estimularemos a dejar de lado lo que no está bien y volver al camino acertado que le queremos mostrar, se sentirá amado y gustoso de haber recibido luz. En cambio si lo hacemos desde nuestra humanidad molesta, sin dudas también, el hermano querrá hacernos desaparecer, encenderemos su ira, su rencor y le estaremos produciendo una piedra en el camino en vez de mostrarle el camino.

Pero ¿Qué pasa cuando se habla con la autoridad de Dios y a alguien le molesta? Gran pregunta. 
Puede suceder que en una charla, o en una predica, o en un compartir, si la persona se deja ungir por el Espíritu Santo reciba el don denominado: PALABRA DE CONOCIMIENTO, que es la autoridad de Dios para corregir en ese momento y que causa un gran impacto en el corazón del hermano. 
Si un hermano se enoja o se molesta o huye ante esta situación es porque no sabe recibirlo de parte de Dios, sino que se queda en la persona que habló y a esta persona le atribuye lo dicho.

Muchas veces he escuchado esto ¡Pero quien se cree que es para "decirme" eso! ¿Cómo supo eso y encima lo hizo público? Como se suele decir "Le quedó justito el poncho y se lo puso", pero noo es porque la otra persona sepa tal o cual situación, sino que Dios usa a sus profetas para que hablen en su nombre. Y Dios no deja a nadie al descubierto, Dios no es asi, Dios es respetuoso. El que se pone al descubierto es la misma persona que se enoja por lo que se dijo.

Esta es la autoridad de Dios. Y ese es el impacto, que, aunque a muchos no les guste o después pidan razones explicativas del caso, hay que hacerlo y dejar que Dios corrija a sus hijos. De alguna manera debemos entender que Dios nos ama y cuando hay algo que no está bien "NO ESTÁ BIEN", y Papá Dios se encarga de hacerlo ver.

Felices los que son capaces de recibir el amor de Dios a través de la Palabra de conocimiento y aceptar que es necesario un cambio para agradar a Dios. Amén


martes, 3 de diciembre de 2013

PROFETAS Y DON DE PROFECÍA

«Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones.»

¡Qué maravilla! ¡Qué gran regalo! Y para todos. Todos los bautizados compartimos con Cristo Jesús su ser profeta, profeta de las naciones, profetas que declaran en el Nombre de Dios que el Reino está cerca y que la Buena Noticia debe ser creída y aceptada.

Nuestra misión como Bautizados es hablar en Nombre de Dios y esa es la misión profética que tenemos, esa es la misión para lo que desde antes de nacer, antes incluso de formarnos en el seno de nuestra mamá, Dios ya iba preparándonos para esta gran misión.

El profeta no habla en nombre propio, el profeta habla en Nombre de Dios, habla palabra de Dios, lleva mensaje de Dios, mensaje de paz y de amor, mensaje de conversión, mensaje de vida nueva, mensaje de salvación. El profeta dice lo que Dios quiere decirnos y lo que Dios ha dicho desde hace tiempo para que lo escuchemos, para que lo recibamos y lo disfrutemos. El profeta es el enviado por Dios para convencer al corazón humano de su gran e infinito amor.

El mensaje, entonces, del profeta es el amor de Dios por su pueblo, amor que lo lleva incluso a enviar a su propio Hijo para salvarnos, no para condenarlo. Y esa misión nos corresponde a todos, especialmente a los bautizados y mucho mas aún a los que decimos que hemos experimentado el amor de Dios y un encuentro con el Señor.

"En primer lugar están los que Dios hizo apóstoles en la Iglesia; en segundo lugar los profetas; en tercer lugar los maestros; después vienen los milagros, luego el don de curaciones, la asistencia material, la administración en la Iglesia y los diversos dones de lenguas.
¿Acaso son todos apóstoles?, ¿son todos profetas?, ¿son todos maestros?, ¿pueden todos hacer milagros, curar enfermos, hablar lenguas o explicar lo que se dijo en lenguas?" (1Cor.12, 28-30)

El don de profecía es una experiencia del Espíritu Santo y su preciosa unción específica que usa a una persona para decirnos algo específico, haciéndolo a través de revelaciones, visiones, palabras específicas, sucesos, promesas. No todos recibimos el don de profecía como tal,lo que si todos recibimos es el ser profetas para anunciar las maravillas de Dios.

Hay que abrirse a la acción del Espíritu Santo y pedir el don de profecía para la edificación de la Iglesia, lo que no debemos hacer es abusar de este don diciendo cosas basadas en nuestros deseos, anhelos o, incluso, falsas visiones que pueden llegar a alimentar la sensibilidad de los demás y más adelante, al no cumplirse la profecía cuestionar a Dios.

Cuando se ejerce el don, discernido, de profecía, puede ser que el mensaje sea para alguien en particular o para toda la asamblea. Cuando verdaderamente es don del Espíritu toca el corazón de quien lo recibe y lo dispone a alcanzar dicha profecía. La persona que escucha lo siente fuertemente dicho para Él y se lo apropia.

Por eso, quien considera tener el don de profecía debe tener una profunda comunión con el Espíritu de Dios, hablar y ejercitarlo en momentos de oración y siempre y cuando resuene fuertemente en su interior que tiene que hablar. Hablar por hablar puede ser muy dañino para la comunidad como para uno mismo.

Dios quiera iluminarnos y alentarnos a ser profetas de su palabra que es viva y eficaz, y quiera regalarnos el don de profecía, que al actuar se hace fecundo, alienta la vida eclesial y nos ayuda a santificarnos por medio de los mensajes específicos para cada uno. amén


viernes, 22 de noviembre de 2013

UN POEMA PARA MI AMOR

Un poema para mi amor
para el enamorado de mi alma
¿Cómo yo podré escribirlo?
Las palabras no me alcanzan

Un poema para mi amor
como un grito de alabanza
más bien decirle susurrando
que mi alma también lo ama

Un poema para mi amor
como amante desesperada
como quien teme no decirlo todo
como quien no dice nada

Un poema para mi amor
puede que sea muy largo
o simplemente tan corto
solo le digo ¡CRISTO TE AMO!

jueves, 21 de noviembre de 2013

FE EN ACCIÓN

"Un día Pedro y Juan subían al Templo para la oración de las tres de la tarde. Acababan de dejar allí a un tullido de nacimiento. Todos los días lo colocaban junto a la Puerta Hermosa, que es una de las puertas del Templo, para que pidiera limosna a los que entraban en el recinto. Cuando Pedro y Juan estaban para entrar en el Templo, el hombre les pidió una limosna. Pedro, con Juan a su lado, fijó en él su mirada, y le dijo: «Míranos.» El hombre los miró, esperando recibir algo. Pero Pedro le dijo: «No tengo oro ni plata, pero te doy lo que tengo: En nombre del Mesías Jesús, el Nazareno, camina.» Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó. Inmediatamente tomaron fuerza sus tobillos y sus pies, y de un salto se puso en pie y empezó a caminar. Luego entró caminando con ellos en el recinto del Templo, saltando y alabando a Dios" (Hch.3, 1-8)

¡Sorprendente! ¡Sin palabras! Pero más bien creo que en esta época nos deja sin palabras, en esta época nos sorprende, en esta época nos llama la atención semejante milagro y semejante audacia de los apóstoles.
Y es lamentable, porque hoy más que nunca el mundo necesita de estas sorpresas y de esta audacia de los cristianos.

Veamos por partes lo que nos cuenta este hecho narrado precisamente en el libro de los apóstoles. En primer lugar dice que todos los días llevaban a este tullido a la puerta del templo para que pidiera limosna. O sea, que todos los días mucha gente que pasaba por allí y que entraba, incluso, al templo lo veía y seguramente algunos también le daban limosnas. Muy parecido a la realidad de nuestro tiempo donde vemos a muchos hermanos que van en búsqueda de ayuda a las puertas de nuestros templos, consiguiendo muchas veces indiferencias, rechazos y hasta comentarios muy desubicados. Cuando vemos a nuestros hermanos en las puertas de los templos empezamos a culpar al gobierno, que ellos debieran ser quienes los cuiden y les den lo necesario, o tal vez otro comentario es: el tema es para que usan el dinero que uno les da, el tema es que los padres usan a los hijos para pedir, el tema es, el tema es... y entre comentarios y comentarios esos hermanos no reciben nada de nosotros, ni siquiera el saludo.

En otro lugar aparecen los apóstoles que llegan también al templo, y al pedido de ayuda de este hermano le dicen que los mire, que ellos tampoco tienen mucho para darle en cuestión material, pero ahí mismo sale la parrecía cristiana de quienes han tenido un encuentro con Jesús, la locura de dar a Cristo: "en el Nombre de Jesús levántate".

Cuántos de nosotros siquiera invitamos a aquellos que están pidiendo una limosna en las puertas de los templos a conocer a Jesús, cuántos nos animamos a decirles que a pesar de su situación Jesús los ama, cuántos nos acercamos a darles al menos un abrazo y hacerles sentir el amor de Dios, cuántos nos animamos a decirles que en el Nombre de Jesús quedan sanos... 

Qué distinta es la actitud de los apóstoles de aquella época con los apóstoles de hoy, que distinto que actuamos, y no se entiende el por que. Porque el CRISTO de entonces es el mismo de ahora, el ESPIRITU SANTO es el mismo de ahora, EL PADRE TODOPODEROSO es el mismo de ahora, DIOS es el mismo. DIOS no ha cambiado ni cambiará jamás, el permanece igual y obra igual. 

DIOS quiere que sus hijos, sus discípulos, sus apóstoles se animen a obrar milagros en su Nombre, DIOS está dispuesto a desparramar su gloria cuando nos empecemos a animar a pronunciar su Nombre. DIOS ha de responder cuando sus hijos se pongan de acuerdo y pongan la fe en acción. La fe en acción es lo que el mundo de hoy necesita para el gran cambio de actitud, ojalá los que nos decimos seguidores de CRISTO nos animemos a empezar de una buena vez para su mayor gloria. Amén

CONFIANZA Y RESPUESTA

"Venga, Señor, tu amor sobre nosotros, como en ti pusimos nuestra confianza" (Salmo 33, 22)

Que lindo es poder decirle a nuestro Dios que venga sobre nosotros su amor de acuerdo y a la medida de nuestra confianza en EL.

Igualmente, debemos tener en cuenta, que esta es una propuesta humana, una propuesta que el ser humano a través de un salmo inspirado, le dice a su Dios después de ver tantas maravillas por EL hechas en su favor, que estaría bien que DIOS nos de en la medida de nuestra confianza. Pero en realidad DIOS nos da muchísimo más de lo que pedimos o pensamos, muchísimo más de lo que siquiera podemos imaginar, DIOS nos da todo

Si nos detenemos a leer todo el Salmo 33 es un canto de alabanza por las grandes obras que DIOS hace, y que ha hecho en favor de sus hijos. Dice que todas sus obras son verdad, que EL todo lo sabe, que EL conoce los corazones, que lo único con lo cual el ser humano cuenta feacientemente es EL. En un hermoso canto de alabanza nos ayuda a ver cuan grande es DIOS y que tremenda es su obra en su favor. Entonces, poniéndome en el lugar del salmista, siento la misma necesidad de decirle a DIOS: si, es verdad, es demasiado lo que vos haces por nosotros Señor, es demasiado y de vez en cuando estaría bueno que nos des a la medida de nuestra confianza, para que creamos, para que valoremos, para que nos demos cuenta de que todo, absolutamente todo lo que somos y tenemos es pertenencia tuya y obra de tu amor

Es como pactar con el Señor, que no es lo mismo que desafiar. Desafiar sería "a ver, bueno entonces, dame de acuerdo a mi fe y vas a ver como recibo". Desafiar sería ponernos en el mismo lugar de Dios y hasta creernos que todo lo que tenemos o somos es porque creemos tanto que todo lo merecemos. Desafiar sería creernos que somos superpoderosos en la fe y por eso el Señor nos responde.
En cambio, pactar, es decirle al Señor algo así como "Te entrego mi fe para que la uses y me ayudes a crecer" "Te entrego mi fe para que me des de acuerdo a lo que mi confianza puesta en vos llegue a merecer" y ¡ojo! con esto no quiero decir que nuestra fe nos hace merecedores ¡No! Dios es el único que nos hace merecedores, por nosotros mismos no merecemos nada.

Este pactar es un trato más profundo de amistad, es decirle a DIOS que nos premie la confianza, que no nos de todo porque nos ama, que deje que nosotros le demostremos que también lo amamos y así, en este ida y vuelta, DIOS no crece porque es GRANDE, pero nosotros si crecemos porque aprendemos a valorar lo que EL no da y a confiar.

Es de lo más hermoso poder sentirnos amigos de DIOS, hijos agradecidos de DIOS, hijos confiados que se animan a proponerle cosas bonitas a su PAPÁ. A ver si nos animamos a pactar con el Señor, para que nuestro crecimiento sea notorio para la gloria de Dios.

Acompaño esta meditación con esta canción que es propiamente sacada de este salmo.

EUCARISTÍA: VIDA DE NUESTRA VIDA


jueves, 31 de octubre de 2013

BORRÓN Y ¿CUENTA NUEVA?

Esta frase es muy conocida, al menos en mi país, y dice: BORRÓN Y CUENTA NUEVA.

Esta frase hace referencia o quiere significar que se ha llegado a un punto en el cual se deja atrás el pasado y se comienza de nuevo, como de cero.

Meditando sobre este contenido me doy cuenta de algunos aspectos que, en la vida común tal vez no son tan significativos como en la vida espiritual. Por ejemplo no es lo mismo ir al almacén donde nos dan crédito y pagar, y el almacenero borra todo lo que tenia escrito y empezamos de nuevo con una nueva cuenta del mes; que pensar en nuestra vida espiritual donde por ejemplo se trata del perdón a una gran ofensa donde se trata no solo de perdonar sino de sanar la confianza herida que va quedando en nuestro interior y volver a reconstruir los lazos fraternos.

Por eso, esta frase comúnmente usada nos debe llevar a la reflexión en cuestiones espirituales.
Cuando se habla de borrón significa que se tacha algo, que se oculta debajo de una "borroñón", que se sobre escribe de tal forma que lo de abajo ya no se logra identificar. Muchas veces, seguramente, y muchos de nosotros hemos tenido la ocasión de poder hacer un borrón y lo hemos hecho con tanta fuerza que tal vez hasta se nos rompió la hoja escrita y la tinta pasó para la otra hoja. Esto me hace pensar que a veces, espiritualmente, si el borrón se hace motivado aún por el rencor, la bronca, o el poco deseo de empezar de nuevo, o de disconformidad, puede suceder que en vez de borrar nos pasemos para el otro lado y en vez de comenzar una hoja limpia ya esté manchada con la tinta anterior, o tal vez incluso nos toque retirar dos hojas en vez de una  ¿Qué quiero decir con esto? Qué cada vez que tomamos la decisión de comenzar de nuevo, en el aspecto espiritual que sea, es necesario hacerlo en la paz del Señor, convencidos de que lo que me motiva es el amor, con el precioso ejercicio del perdón y con la paciencia que el caso requiere, teniendo en cuenta que de un día para el otro difícilmente se vean los cambios que buscamos.
Y esto referido tanto al hermano como a nosotros mismos.

Y cuando hablamos de cuenta, y nuevamente aclaro en cualquier aspecto espiritual, hay que tratar de que la cuenta sea consecuente a lo que nos hemos propuesto. No se trata de hacer un calco de la cuenta antigua, se trata de hacer una cuenta "NUEVA". Y lo nuevo es la aventura de animarnos a hacer distinto, a obrar de otra manera, a caminar en otros caminos, lo nuevo se refiere a la decisión que hará nuevo mi interior. Lo nuevo va sanando lo antiguo, lo nuevo completa lo antiguo, lo nuevo restablece los lazos, lo nuevo nos hace precisamente eso: NUEVOS.

Al tener la oportunidad de ESTRENAR vida cada momento, cada día, tenemos también la oportunidad de ir disfrutando de algo novedoso todo el tiempo. Tanto con el hermano como nosotros mismos. Al tomar esta decisión realmente se produce en nuestra vida lo que se denomina conversión.

Y también es necesario, en nuestro borrón y cuenta nueva, mirar a Dios como actúa con nosotros. EL realmente se olvida de nuestras ofensas. Si EL actuara a la manera humana creo que ninguno de nosotros ya existiría, pero muy por el contrario, su misericordia nos renueva cada día y nos hace nuevos.
Nosotros, como hijos de Dios, debemos vivir conforme a nuestro PAPÁ y así disfrutaremos de todo lo bueno y grande que tiene la vida. Amén

sábado, 26 de octubre de 2013

LA DUDA, LA RAZÓN Y LA CONFIANZA

Tres aspectos importantes de la vida. Tres aspectos cotidianos que van marcando decisiones y van dejando consecuencias, algunas alegres otras no tanto.

Es muy bueno poder detenernos a ver de que se trata cada uno y poder, también, discernir qué nos conviene seguir usando y qué es mejor descartar, ya que a lo que verdaderamente debemos aspirar todos es a tener una vida feliz, simple y llena de buenas decisiones.

La duda es la vacilación, la indeterminación, incertidumbre, dilema, muchas palabras que nos dejan ver de que se trata esta cuestión. Para poder nosotros ver si nos es útil o no vamos a situarnos en las cuestiones normales de la vida, en los momentos en los cuales necesitamos tomar una decisión importante ¿De qué nos sirve la duda? ¿Para qué nos sirve? La respuesta concreta de la primer pregunta es: Nos sirve de palo en la rueda, es decir, para trabar lo que tenemos que decidir, para retrasar la toma de decisiones, para excusarnos y no jugarnos por lo que nos parece justo, lógico, ideal. La duda nos sirve para desencantar, para desanimar, para caminar hacia atrás, para retroceder, pero nunca nos servirá de catapulta hacia una buena decisión. la duda nos dejará siempre en la mitad, estancados en una nada, indefinidos. Y en la vida humana no es bueno, y mucho menos en la vida espiritual. Y la segunda respuesta: Nos sirve para nada. 
Absolutamente nada podemos hacer si dudamos. con la duda no se dan pasos, ni pequeños ni importantes, con la duda no se avanza, con la duda solo se consigue quedarnos en la mitad del camino.
Poniendo un ejemplo sencillo: vamos manejando un automóvil por una ciudad que no conocemos pero ayudados por un GPS, quien nos va dictando como hacer para llegar al destino que nos convoca. Pero en el trayecto y a pesar de la ayuda nosotros comenzamos a pensar ¿Y si está equivocado el aparato? ¿Y si no llego a tiempo? ¿Y si me indica mal? Y entonces detenemos el auto ¿Al detener el auto que sucede? Lo único que se logra con esa indecisión es que el auto se detenga, que no lleguemos a tiempo, incluso hasta nos exponemos a que nos suceda algo en el medio del camino. Y eso lo logró la duda. La duda nos lleva a tomar decisiones erradas, si bien en algún momento decidimos, pero la decisión no es acertada, está motivada por esa incertidumbre que no nos deja ver la realidad concreta. El gps en el ejemplo del auto es la seguridad de que se llegará, seguir las instrucciones es la mejor determinación, y la duda es la traba para seguir.
Por lo tanto, entonces, queda muy claro que la duda no tiene lugar ni razón de ser en nuestra vida. Los hijos de Dios no dudan, los hijos de Dios siguen fielmente las instrucciones de su padre y así, certeramente, conseguirán todo lo que EL ha preparado en el camino.

La razón, otro aspecto de nuestra vida, es un don de Dios. Hemos sido dotados de inteligencia, voluntad, nuestro Padre nos ha regalado el poder de razonarlo todo, de encontrarle un sentido acorde a la naturaleza humana, de poder ver las cosas con lógica y darle una explicación a casi todo. Digo a casi todo, porque bien sabemos, no todo tiene una explicación, no todo es ciencia, no todo es sabido en esta vida. 
La Gracia que tenemos es esta, poder razonar, poder entender, llegar a comprender. Lo que no significa que solo debemos razonar, entender, encontrarle explicación a todo. 
En nuestra vida de Fe hay muchas cosas a las cuales no le encontraremos una explicación, por eso la Fe y la razón deben caminar juntas. Así, donde no llega la razón, le sale al paso la fe y el camino se hace más fácil y feliz.
Cuando los seres humanos queremos explicarlo todo o razonarlo todo, es ahí, cuando nos vamos alejando del camino trazado por el Señor. No es que la razón sea mala, al contrario, lo dije al principio es un don de dios, es una capacidad que el único ser creado ha sido dotado con ella, pero Dios la completa con el don de la Fe para que podamos seguir el camino aún sin entender ciertas cosas, y tener la certeza de que todo está bien y ordenado para el bien de los hijos de Dios.
Gracias a la razón conocemos muchas cosas, incluso gracias a la razón conocemos a Dios. la razón nos ayuda a entender sus designios ya que podemos leer y comprender las escrituras. Ahora bien, cuando la razón quiere explicar más allá de lo que fue revelado o más allá de lo que supone el entendimiento humano, es cuando nos vemos privados de la verdad. Y digo esto por ejemplo, cuando intentamos darle explicaciones lógicas a los misterios de Dios, que al ser misterios son propiamente eso, es decir, no tienen más explicación, se llega hasta cometer herejías muchas veces, se llegan a decir cosas falsas, cosas que no son con tal de encontrarle una explicación a todo.
Lo malo de mantener un razonamiento equivocado es no darle el lugar a Dios en sus cosas, más bien querer saber más que Dios. Y lo bueno de la razón es que gracias al entendimiento que recibimos podemos conocer a Dios.
En conclusión, razonar es don de Dios, equivocarnos en el razonamiento es lo que nos daña. Y muchas veces tomamos decisiones desacertadas por darle demasiado lugar al razonamiento. 
Esto no significa que tenemos que andar por la vida como locos sin pensar lo que se hace, no, muy por el contrario, hay que pensar para poder determinar situaciones, y hay que usar la razón para no hacer desastres, y sobre todo, hay que orientar el razonamiento a Dios. Una pregunta muy sencilla que en la vida diaria nos ayudaría mucho a tomar buenas decisiones razonando sería esta: ¿Qué haría Jesús en esta situación? o ¿Qué querrá mi Padre Dios que haga en esta circunstancia?
La razón usada como tal y con la ayuda de Dios es un arma tremenda hasta para desenmascarar las marañas del enemigo, que intenta poner tinieblas en el entendimiento, oscurecer las verdades, hacernos creer cosas que no son y ponernos a pensar más de la cuenta. Así que el buen uso de la razón es camino asegurado y ventajoso en los planes de Dios y en la felicidad de ser sus hijos.

La confianza es todo lo contrario a la duda y es el complemento de la razón. la confianza es la seguridad o firme convicción que se tiene de algo o de alguien. Es el ánimo o la determinación que se tiene, incluso, de uno mismo. Por lo tanto, la confianza viene a disipar toda duda y a animar la razón para que nuestra vida sea a la medida de Dios. la confianza hace que podamos saltar obstáculos, hace que caminemos, hace que busquemos lo mejor de cada cosa confiados en que lo obtendremos. La confianza nos capacita para ser fuertes y determinados, porque nos da el ánimo de que vamos sobre seguro.
Es una virtud, es un don, es un sentimiento, es lo que debemos pedir con insistencia y dejarnos inundar por ella, así podremos agradar a Dios y vivir felices.
Quien confía en el Señor no queda defraudado nunca, porque Dios es fiel. Y Dios que es fiel premia la confianza de sus hijos en cada momento y nos hace crecer para su gloria. 
La confianza puesta en Dios es la mejor opción para que podamos obtener esa vida que todos deseamos, para ver cumplidas la promesas de Dios y para dar testimonio de su gran amor. Amén


jueves, 24 de octubre de 2013

INTERCESIÓN EN COMUNIDAD


"Y Moisés dijo a Josué: “Escógenos hombres, y sal a pelear contra Amalec. Mañana yo estaré sobre la cumbre de la colina con la vara de Dios en mi mano.” Josué hizo como Moisés le dijo, y peleó contra Amalec. Moisés, Aarón y Hur subieron a la cumbre de la colina.
Y sucedía que mientras Moisés tenía en alto su mano, Israel prevalecía; y cuando dejaba caer la mano, prevalecía Amalec. Pero las manos de Moisés se le cansaban. Entonces tomaron una piedra y la pusieron debajo de él, y se sentó en ella. Y Aarón y Hur le sostenían las manos, uno de un lado y otro del otro. Así estuvieron sus manos firmes hasta que se puso el sol. Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.
Entonces dijo el Señor a Moisés: “Escribe esto en un libro para que sirva de memorial, y haz saber a Josué que Yo borraré por completo la memoria de Amalec de debajo del cielo.” Y edificó Moisés un altar, y le puso por nombre El Señor es mi Estandarte, y dijo: “El Señor lo ha jurado. El Señor hará guerra contra Amalec de generación en generación.” (Ex.17, 9-16)

Esta Palabra es muy iluminadora e inspiradora para quienes nos detenemos a fijarnos cómo mejorar nuestra vida de cara a Dios y como hacer más fecunda nuestra oración, y en especial, como servir mejor a nuestros hermanos a través de la intercesión.

El planteo en el pueblo de Israel era el ataque inminente de los amalecitas, a lo cual era necesario hacerle frente. Por lo que Moisés, como responsable y profeta envía a Josué a cumplir con su labor, lo envía a la lucha con la certeza, la confianza y el compromiso de que estará con su vara en alto acompañándolo. 

La lucha contra los amalecitas podemos confrontarla con la lucha de nuestra propia vida. Cuántas veces somos asediados por los problemas, sitiados por las angustias, todas las preocupaciones, situaciones que representan para nosotros la lucha del diario vivir. Y en estas situaciones también nosotros somos enviados a hacerles frente, es más, es necesario hacerles frente, es necesario someternos a esa lucha, a esa frente de batalla que significa vivir y tomar autoridad en nuestra vida y en nuestros actos.
Pero así como Josué nosotros también contamos con el Bastón  EN ALTO. 
El Bastón en alto corresponde a la oración y al poder de la oración. la confianza puesta en el Señor. Es lo que nos da la victoria en todo lo que emprendemos. Es lo que hace posible que logremos salir airosos de todas las circunstancias presentadas en nuestra vida.
El Bastón de Dios debe mantenerse en alto, así como sucedía con Moisés, que cuando bajaba los brazos la lucha se hacía más difícil y hasta inútil, más cuando se levantaba había victoria.

Esto nos demuestra que la oración, el respaldo de la oración en todas nuestras empresas, en nuestros emprendimientos, decisiones, o lo que sea que hagamos siempre surtirá el mejor efecto, siempre será una ganancia. Es más que necesario orar para ganar la verdadera vida que Dios quiere en nosotros. Sin miedos, más con eficacia, con la eficacia de la oración todo lo podemos.

Pero también podemos ver lo importante de la intercesión, lo importante del respaldo de la oración de mis hermanos. Lo grande que es saber que no estamos solos, que tal vez la lucha nos toca a nosotros, pero detrás nuestro hay hermanos que sostienen el bastón en alto en favor nuestro y que con esa oración nos sostienen, alientan y preparan para la victoria.

Y más importante aún es darnos cuenta lo precioso y valioso que representa para cada uno, en medio de la locura del mundo, orar en comunidad. Sostener ese Bastón en alto. El aporte de la oración de todos, la oración en la comunidad, asi como Aarón y Hur que sostenían los brazos de Moisés para que el bastón siguiera en la presencia de Dios, así nosotros, en comunidad orar y sostener a los demás.

El Señor nos hace este planteo: "cuando dos o más se reúnan en mi nombre para orar"... solo dos dice el Señor, imaginense una multitud, imaginemos una comunidad entera orando, imaginemos un país completo orando, sosteniendo ese bastón para que la lucha sea ganada. 
Dios responde en la comunión y eso deberíamos aprenderlo y vivirlo, como siempre decimos "la unión hace la fuerza", la comunión hace la fortaleza infranqueable que ningún enemigo puede arrebatar. Amén

LA DESIDIA

“Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos” (Lc.17, 10)

La verdad de nuestra vida es hacer lo que tenemos que hacer. Hacer lo que nos corresponde. Cumplir con nuestras obligaciones y compromisos y todo esto sin esperar recompensa. 
No podemos medir nuestro compromiso o responsabilidad por los gestos de gratitud que recibamos, ya que no es necesario que se nos agradezca o alabe o ensalce por haber hecho simplemente lo que nos corresponde. Ni siquiera debemos pretender que se nos tenga en cuenta un acto realizado, aunque favoreciendo a muchos, si este acto es en cumplimiento de nuestro deber.  
Y lo que nos corresponde hacer, tanto sea por derecho como por obligación, es parte de nuestra vida y merece ser realizado en la excelencia. Humanamente excelente, cristianamente en la perfección de Dios, para EL y por EL.
Esta realidad es la que muchas veces nos provoca, equivocadamente, la enfermedad espiritual de la Desidia y ¿Por qué? Porque perdemos la visión de que lo que tengo que hacer lo tengo que hacer bien, responsable y comprometidamente, y sin esperar nada a cambio.
Cuando en la vida cotidiana nos detenemos en esto, entonces toma su lugar la Desidia. Así como cuando le dejamos lugar al enemigo, cuando nos descuidamos en la vigilancia, cuando perdemos la atención, va ganando terreno; así sucede con nuestra alma cuando no fijamos la mirada donde corresponde y empezamos a mirar alrededor nuestro.
¿Qué es la Desidia? Es una palabra que proviene del latín y que se refiere a la Negligencia o la Inercia. Por lo tanto, podemos decir, que está asociada también a la falta de cuidado o aplicación. Y peor aún, la desidia está hermanada con la apatía. 
Podemos compararla con la dejadez,la indolencia, el desgano, el desinterés. Y muchas otras tantas formas de definir esta simple palabra que tanto daña nuestro ser cristiano y comprometidos hijos de Dios.
Cuando perdemos de vista que nuestros actos, compromisos, obligaciones, decisiones, o como se los quiera llamar, es parte de nuestra vida, es parte de lo que somos, y por lo tanto, es parte también de lo que tenemos que hacer para ir conformando una vida útil y a la medida de Dios, es cuando nos desanimamos, nos decaemos y perdemos el gusto por el plan de Dios para cada uno.
Empieza por gustarnos lo que el otro hace, empiezan las comparaciones, van cobrando vida los celos y las envidias, y nos vamos decayendo en el fervor. Y todo ¿Por qué? Porque nos quedamos esperando el reconocimiento por lo que hicimos.
Desencantarnos de nuestros compromisos con el Señor es lo peor que nos puede suceder, al contrario, debemos trabajar y esforzarnos, acompañados por el poder y el amor del Santo Espíritu, para que todo nuestro obrar sea conforme a lo que Dios quiere para mi y valorar lo que EL ha puesto en mis manos para que lo disfrute, lo cumpla y lo comparta.
pidámosle al Señor que nunca se apague en nosotros la llama del amor, la llama de la esperanza y la llama de la fe, para que podamos agradarle con nuestros actos y glorificarlo con nuestro servicio. Amén



miércoles, 16 de octubre de 2013

EL PODER DE LA ORACIÓN

El poder de la oración radica en la fe y el convencimiento del Poder de Dios, ya que es a EL a quien va dirigida nuestra oración y es EL quien dará una respuesta conforme a su voluntad, pero también conforme a nuestro compromiso e inteligencia para orar.

Dios responde a la oración, siempre. La respuesta de Dios es a la medida de Dios, nunca será a la medida humana. Y Dios nos capacita, con la unción de su Espíritu, para que podamos orar como nos conviene, para que podamos orar con su mismo poder, y para que podamos, como dijo Jesús "hacer las mismas obras que él".

Entonces ¿Cuál es el verdadero poder de la oración? El verdadero poder de la oración es orar en ESPÍRITU Y EN VERDAD. 
Así como nos dice San Pablo, en la carta a los Romanos, capítulo 8, versículos 26-27: "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos".

Es decir, es el mismo Espíritu de Dios, que conociendo su voluntad como Dios que es, ora en nosotros clamando lo que realmente es bueno, con toda inteligencia y sabiduría, con toda justicia y humildad, con toda verdad y grandeza, a la medida de Dios.

Por eso, cuando oramos, no debemos repetir fórmulas aprendidas simplemente, está muy bien rezar, está muy bien emplear las oraciones poderosas que nos ponen en comunión con toda la iglesia, está muy bien emplear las novenas y sacramentales que nos ayudan y que son medios eficaces; pero la oración de poder es otra cosa: ES DEJAR QUE EL ESPÍRITU SANTO ORE EN NOSOTROS.

Quien mejor que el mismo Dios clame en nosotros su santa voluntad y revestidos de su poderosa autoridad podamos conseguir los objetivos que EL mismo tiene para nuestra vida. Dios se glorifica sin medidas, sin límites, en el corazón que se une a su oración, en el corazón que se reconoce débil y pide el auxilio que viene de lo alto para orar.

Y esa autoridad de Dios se nos transmite desde el Santo bautismo, por lo que podemos usarla y reclamarla en nuestra oración, y obtener el favor de Dios siempre que oremos, ya que es un don de su amor, es el actuar de su Gracia, es el poder de los hijos de Dios que oran animados por el Espíritu Santo.

¿Qué cosa no sabrá Dios que necesitamos? Dios todo lo sabe, todo lo puede, todo lo ve. Imaginemos, usemos un momento la imaginación; ese Dios potente orando en nosotros según su voluntad ¿Qué cosa, situación, circunstancia no se podrá resolver? Si Dios sabe como hacerlo, entonces orando en nosotros obtiene solución para su gloria. 
No es por las muchas palabras que digamos que la oración será eficaz, sino por el grado de espacio o lugar que le demos a Dios en nuestra oración.

Cuando entendamos esto nuestra vida comenzará a ver nuevos frutos y a prosperar espiritualmente, y el crecimiento será como Dios quiere. 

Hagamos la prueba y dejemos que Dios sea Dios y experimentaremos que la oración ¡SI! QUE TIENE PODER, porque el poderoso es EL. Amén

lunes, 14 de octubre de 2013

EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO

Con el Espíritu de Dios moviéndose en nosotros, con todo el potencial de su poder, no hay cosa imposible.

El Espíritu Santo es la Tercera persona de la Santísima Trinidad, que con el padre y el Hijo merece la misma adoración y gloria. ES DIOS! Y como Dios goza de todos los atributos propios de la divinidad: OMNIPRESENTE, OMNISCIENTE, OMNIPOTENTE.

el Espíritu de Dios es la fuerza que todos y cada uno de nosotros necesitamos para cumplir la voluntad de Dios; es la ayuda en la oración que conoce la voluntad de Dios y que viene en nuestra ayuda porque no sabemos orar; es el santificador que obra en la Iglesia hoy, y sigue siendo el mismo de Pentecostés y que puede renovar esos mismos prodigios en nosotros y a través nuestro.

San Pablo nos exhorta a no entristecer al Espíritu, y esto significa dejarlo obrar, confiar en que si Él es el Aliento de vida que actuó en la creación del mundo, si por su poder resucitó al Hijo de Dios que se entregó por nosotros; si por su acción el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y Sangre de Cristo, y por el poder de su sobra que cubrió a María Santísima fue engendrado el Hijo de Dios en condición humana asumiendo la naturaleza de la Santísima Virgen, entonces ¿Qué cosa no podrá hacer en nosotros?

Es la más feliz realidad que podemos asumir, ya que una vez asumida podemos glorificar a Dios en santidad. Porque el obrar del Espíritu es la santidad de los hijos de Dios, que son llamados e invitados por su padre a ser como Él: SANTOS.
Y es el Espíritu quien lo hace, es su amor, es su poder, es su fuerza, es su acción poderosa la que actúa haciendo de nosotros, si le damos el lugar, nuevas criaturas. Todo lo hace nuevo y no hay nada que no pueda hacer.

Nuestra vida puede ser muy fecunda movida, guiada, impulsada por el Espíritu Santo, puede ser un verdadero Evangelio, puede ser a la medida de Dios. No desaprovechemos este don que viene de lo alto y que Jesús dijo que lo necesitamos, Dios sabe que solos no podemos hacer nada y para vivir todo lo que EL nos propone nos envía su fuerza y su misma Persona poderosa, gloriosa y llana de amor para que haga en nosotros y a través nuestro.

En esta vida no hay secretos mágicos, en esta vida en Cristo el secreto está en dejar hacer a Dios, que su Espíritu cumpla su misión y lo demás lo hace EL. Nuestra disponibilidad da el puntapié inicial, por decirlo de algún modo, para que Dios haga lo que quiere hacer en nosotros. dios nos respeta pero no nos tomemos todo el tiempo del mundo, recordemos que el Eterno es EL, no nosotros. Amén