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jueves, 31 de octubre de 2013

BORRÓN Y ¿CUENTA NUEVA?

Esta frase es muy conocida, al menos en mi país, y dice: BORRÓN Y CUENTA NUEVA.

Esta frase hace referencia o quiere significar que se ha llegado a un punto en el cual se deja atrás el pasado y se comienza de nuevo, como de cero.

Meditando sobre este contenido me doy cuenta de algunos aspectos que, en la vida común tal vez no son tan significativos como en la vida espiritual. Por ejemplo no es lo mismo ir al almacén donde nos dan crédito y pagar, y el almacenero borra todo lo que tenia escrito y empezamos de nuevo con una nueva cuenta del mes; que pensar en nuestra vida espiritual donde por ejemplo se trata del perdón a una gran ofensa donde se trata no solo de perdonar sino de sanar la confianza herida que va quedando en nuestro interior y volver a reconstruir los lazos fraternos.

Por eso, esta frase comúnmente usada nos debe llevar a la reflexión en cuestiones espirituales.
Cuando se habla de borrón significa que se tacha algo, que se oculta debajo de una "borroñón", que se sobre escribe de tal forma que lo de abajo ya no se logra identificar. Muchas veces, seguramente, y muchos de nosotros hemos tenido la ocasión de poder hacer un borrón y lo hemos hecho con tanta fuerza que tal vez hasta se nos rompió la hoja escrita y la tinta pasó para la otra hoja. Esto me hace pensar que a veces, espiritualmente, si el borrón se hace motivado aún por el rencor, la bronca, o el poco deseo de empezar de nuevo, o de disconformidad, puede suceder que en vez de borrar nos pasemos para el otro lado y en vez de comenzar una hoja limpia ya esté manchada con la tinta anterior, o tal vez incluso nos toque retirar dos hojas en vez de una  ¿Qué quiero decir con esto? Qué cada vez que tomamos la decisión de comenzar de nuevo, en el aspecto espiritual que sea, es necesario hacerlo en la paz del Señor, convencidos de que lo que me motiva es el amor, con el precioso ejercicio del perdón y con la paciencia que el caso requiere, teniendo en cuenta que de un día para el otro difícilmente se vean los cambios que buscamos.
Y esto referido tanto al hermano como a nosotros mismos.

Y cuando hablamos de cuenta, y nuevamente aclaro en cualquier aspecto espiritual, hay que tratar de que la cuenta sea consecuente a lo que nos hemos propuesto. No se trata de hacer un calco de la cuenta antigua, se trata de hacer una cuenta "NUEVA". Y lo nuevo es la aventura de animarnos a hacer distinto, a obrar de otra manera, a caminar en otros caminos, lo nuevo se refiere a la decisión que hará nuevo mi interior. Lo nuevo va sanando lo antiguo, lo nuevo completa lo antiguo, lo nuevo restablece los lazos, lo nuevo nos hace precisamente eso: NUEVOS.

Al tener la oportunidad de ESTRENAR vida cada momento, cada día, tenemos también la oportunidad de ir disfrutando de algo novedoso todo el tiempo. Tanto con el hermano como nosotros mismos. Al tomar esta decisión realmente se produce en nuestra vida lo que se denomina conversión.

Y también es necesario, en nuestro borrón y cuenta nueva, mirar a Dios como actúa con nosotros. EL realmente se olvida de nuestras ofensas. Si EL actuara a la manera humana creo que ninguno de nosotros ya existiría, pero muy por el contrario, su misericordia nos renueva cada día y nos hace nuevos.
Nosotros, como hijos de Dios, debemos vivir conforme a nuestro PAPÁ y así disfrutaremos de todo lo bueno y grande que tiene la vida. Amén

sábado, 26 de octubre de 2013

LA DUDA, LA RAZÓN Y LA CONFIANZA

Tres aspectos importantes de la vida. Tres aspectos cotidianos que van marcando decisiones y van dejando consecuencias, algunas alegres otras no tanto.

Es muy bueno poder detenernos a ver de que se trata cada uno y poder, también, discernir qué nos conviene seguir usando y qué es mejor descartar, ya que a lo que verdaderamente debemos aspirar todos es a tener una vida feliz, simple y llena de buenas decisiones.

La duda es la vacilación, la indeterminación, incertidumbre, dilema, muchas palabras que nos dejan ver de que se trata esta cuestión. Para poder nosotros ver si nos es útil o no vamos a situarnos en las cuestiones normales de la vida, en los momentos en los cuales necesitamos tomar una decisión importante ¿De qué nos sirve la duda? ¿Para qué nos sirve? La respuesta concreta de la primer pregunta es: Nos sirve de palo en la rueda, es decir, para trabar lo que tenemos que decidir, para retrasar la toma de decisiones, para excusarnos y no jugarnos por lo que nos parece justo, lógico, ideal. La duda nos sirve para desencantar, para desanimar, para caminar hacia atrás, para retroceder, pero nunca nos servirá de catapulta hacia una buena decisión. la duda nos dejará siempre en la mitad, estancados en una nada, indefinidos. Y en la vida humana no es bueno, y mucho menos en la vida espiritual. Y la segunda respuesta: Nos sirve para nada. 
Absolutamente nada podemos hacer si dudamos. con la duda no se dan pasos, ni pequeños ni importantes, con la duda no se avanza, con la duda solo se consigue quedarnos en la mitad del camino.
Poniendo un ejemplo sencillo: vamos manejando un automóvil por una ciudad que no conocemos pero ayudados por un GPS, quien nos va dictando como hacer para llegar al destino que nos convoca. Pero en el trayecto y a pesar de la ayuda nosotros comenzamos a pensar ¿Y si está equivocado el aparato? ¿Y si no llego a tiempo? ¿Y si me indica mal? Y entonces detenemos el auto ¿Al detener el auto que sucede? Lo único que se logra con esa indecisión es que el auto se detenga, que no lleguemos a tiempo, incluso hasta nos exponemos a que nos suceda algo en el medio del camino. Y eso lo logró la duda. La duda nos lleva a tomar decisiones erradas, si bien en algún momento decidimos, pero la decisión no es acertada, está motivada por esa incertidumbre que no nos deja ver la realidad concreta. El gps en el ejemplo del auto es la seguridad de que se llegará, seguir las instrucciones es la mejor determinación, y la duda es la traba para seguir.
Por lo tanto, entonces, queda muy claro que la duda no tiene lugar ni razón de ser en nuestra vida. Los hijos de Dios no dudan, los hijos de Dios siguen fielmente las instrucciones de su padre y así, certeramente, conseguirán todo lo que EL ha preparado en el camino.

La razón, otro aspecto de nuestra vida, es un don de Dios. Hemos sido dotados de inteligencia, voluntad, nuestro Padre nos ha regalado el poder de razonarlo todo, de encontrarle un sentido acorde a la naturaleza humana, de poder ver las cosas con lógica y darle una explicación a casi todo. Digo a casi todo, porque bien sabemos, no todo tiene una explicación, no todo es ciencia, no todo es sabido en esta vida. 
La Gracia que tenemos es esta, poder razonar, poder entender, llegar a comprender. Lo que no significa que solo debemos razonar, entender, encontrarle explicación a todo. 
En nuestra vida de Fe hay muchas cosas a las cuales no le encontraremos una explicación, por eso la Fe y la razón deben caminar juntas. Así, donde no llega la razón, le sale al paso la fe y el camino se hace más fácil y feliz.
Cuando los seres humanos queremos explicarlo todo o razonarlo todo, es ahí, cuando nos vamos alejando del camino trazado por el Señor. No es que la razón sea mala, al contrario, lo dije al principio es un don de dios, es una capacidad que el único ser creado ha sido dotado con ella, pero Dios la completa con el don de la Fe para que podamos seguir el camino aún sin entender ciertas cosas, y tener la certeza de que todo está bien y ordenado para el bien de los hijos de Dios.
Gracias a la razón conocemos muchas cosas, incluso gracias a la razón conocemos a Dios. la razón nos ayuda a entender sus designios ya que podemos leer y comprender las escrituras. Ahora bien, cuando la razón quiere explicar más allá de lo que fue revelado o más allá de lo que supone el entendimiento humano, es cuando nos vemos privados de la verdad. Y digo esto por ejemplo, cuando intentamos darle explicaciones lógicas a los misterios de Dios, que al ser misterios son propiamente eso, es decir, no tienen más explicación, se llega hasta cometer herejías muchas veces, se llegan a decir cosas falsas, cosas que no son con tal de encontrarle una explicación a todo.
Lo malo de mantener un razonamiento equivocado es no darle el lugar a Dios en sus cosas, más bien querer saber más que Dios. Y lo bueno de la razón es que gracias al entendimiento que recibimos podemos conocer a Dios.
En conclusión, razonar es don de Dios, equivocarnos en el razonamiento es lo que nos daña. Y muchas veces tomamos decisiones desacertadas por darle demasiado lugar al razonamiento. 
Esto no significa que tenemos que andar por la vida como locos sin pensar lo que se hace, no, muy por el contrario, hay que pensar para poder determinar situaciones, y hay que usar la razón para no hacer desastres, y sobre todo, hay que orientar el razonamiento a Dios. Una pregunta muy sencilla que en la vida diaria nos ayudaría mucho a tomar buenas decisiones razonando sería esta: ¿Qué haría Jesús en esta situación? o ¿Qué querrá mi Padre Dios que haga en esta circunstancia?
La razón usada como tal y con la ayuda de Dios es un arma tremenda hasta para desenmascarar las marañas del enemigo, que intenta poner tinieblas en el entendimiento, oscurecer las verdades, hacernos creer cosas que no son y ponernos a pensar más de la cuenta. Así que el buen uso de la razón es camino asegurado y ventajoso en los planes de Dios y en la felicidad de ser sus hijos.

La confianza es todo lo contrario a la duda y es el complemento de la razón. la confianza es la seguridad o firme convicción que se tiene de algo o de alguien. Es el ánimo o la determinación que se tiene, incluso, de uno mismo. Por lo tanto, la confianza viene a disipar toda duda y a animar la razón para que nuestra vida sea a la medida de Dios. la confianza hace que podamos saltar obstáculos, hace que caminemos, hace que busquemos lo mejor de cada cosa confiados en que lo obtendremos. La confianza nos capacita para ser fuertes y determinados, porque nos da el ánimo de que vamos sobre seguro.
Es una virtud, es un don, es un sentimiento, es lo que debemos pedir con insistencia y dejarnos inundar por ella, así podremos agradar a Dios y vivir felices.
Quien confía en el Señor no queda defraudado nunca, porque Dios es fiel. Y Dios que es fiel premia la confianza de sus hijos en cada momento y nos hace crecer para su gloria. 
La confianza puesta en Dios es la mejor opción para que podamos obtener esa vida que todos deseamos, para ver cumplidas la promesas de Dios y para dar testimonio de su gran amor. Amén


jueves, 24 de octubre de 2013

INTERCESIÓN EN COMUNIDAD


"Y Moisés dijo a Josué: “Escógenos hombres, y sal a pelear contra Amalec. Mañana yo estaré sobre la cumbre de la colina con la vara de Dios en mi mano.” Josué hizo como Moisés le dijo, y peleó contra Amalec. Moisés, Aarón y Hur subieron a la cumbre de la colina.
Y sucedía que mientras Moisés tenía en alto su mano, Israel prevalecía; y cuando dejaba caer la mano, prevalecía Amalec. Pero las manos de Moisés se le cansaban. Entonces tomaron una piedra y la pusieron debajo de él, y se sentó en ella. Y Aarón y Hur le sostenían las manos, uno de un lado y otro del otro. Así estuvieron sus manos firmes hasta que se puso el sol. Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.
Entonces dijo el Señor a Moisés: “Escribe esto en un libro para que sirva de memorial, y haz saber a Josué que Yo borraré por completo la memoria de Amalec de debajo del cielo.” Y edificó Moisés un altar, y le puso por nombre El Señor es mi Estandarte, y dijo: “El Señor lo ha jurado. El Señor hará guerra contra Amalec de generación en generación.” (Ex.17, 9-16)

Esta Palabra es muy iluminadora e inspiradora para quienes nos detenemos a fijarnos cómo mejorar nuestra vida de cara a Dios y como hacer más fecunda nuestra oración, y en especial, como servir mejor a nuestros hermanos a través de la intercesión.

El planteo en el pueblo de Israel era el ataque inminente de los amalecitas, a lo cual era necesario hacerle frente. Por lo que Moisés, como responsable y profeta envía a Josué a cumplir con su labor, lo envía a la lucha con la certeza, la confianza y el compromiso de que estará con su vara en alto acompañándolo. 

La lucha contra los amalecitas podemos confrontarla con la lucha de nuestra propia vida. Cuántas veces somos asediados por los problemas, sitiados por las angustias, todas las preocupaciones, situaciones que representan para nosotros la lucha del diario vivir. Y en estas situaciones también nosotros somos enviados a hacerles frente, es más, es necesario hacerles frente, es necesario someternos a esa lucha, a esa frente de batalla que significa vivir y tomar autoridad en nuestra vida y en nuestros actos.
Pero así como Josué nosotros también contamos con el Bastón  EN ALTO. 
El Bastón en alto corresponde a la oración y al poder de la oración. la confianza puesta en el Señor. Es lo que nos da la victoria en todo lo que emprendemos. Es lo que hace posible que logremos salir airosos de todas las circunstancias presentadas en nuestra vida.
El Bastón de Dios debe mantenerse en alto, así como sucedía con Moisés, que cuando bajaba los brazos la lucha se hacía más difícil y hasta inútil, más cuando se levantaba había victoria.

Esto nos demuestra que la oración, el respaldo de la oración en todas nuestras empresas, en nuestros emprendimientos, decisiones, o lo que sea que hagamos siempre surtirá el mejor efecto, siempre será una ganancia. Es más que necesario orar para ganar la verdadera vida que Dios quiere en nosotros. Sin miedos, más con eficacia, con la eficacia de la oración todo lo podemos.

Pero también podemos ver lo importante de la intercesión, lo importante del respaldo de la oración de mis hermanos. Lo grande que es saber que no estamos solos, que tal vez la lucha nos toca a nosotros, pero detrás nuestro hay hermanos que sostienen el bastón en alto en favor nuestro y que con esa oración nos sostienen, alientan y preparan para la victoria.

Y más importante aún es darnos cuenta lo precioso y valioso que representa para cada uno, en medio de la locura del mundo, orar en comunidad. Sostener ese Bastón en alto. El aporte de la oración de todos, la oración en la comunidad, asi como Aarón y Hur que sostenían los brazos de Moisés para que el bastón siguiera en la presencia de Dios, así nosotros, en comunidad orar y sostener a los demás.

El Señor nos hace este planteo: "cuando dos o más se reúnan en mi nombre para orar"... solo dos dice el Señor, imaginense una multitud, imaginemos una comunidad entera orando, imaginemos un país completo orando, sosteniendo ese bastón para que la lucha sea ganada. 
Dios responde en la comunión y eso deberíamos aprenderlo y vivirlo, como siempre decimos "la unión hace la fuerza", la comunión hace la fortaleza infranqueable que ningún enemigo puede arrebatar. Amén

LA DESIDIA

“Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos” (Lc.17, 10)

La verdad de nuestra vida es hacer lo que tenemos que hacer. Hacer lo que nos corresponde. Cumplir con nuestras obligaciones y compromisos y todo esto sin esperar recompensa. 
No podemos medir nuestro compromiso o responsabilidad por los gestos de gratitud que recibamos, ya que no es necesario que se nos agradezca o alabe o ensalce por haber hecho simplemente lo que nos corresponde. Ni siquiera debemos pretender que se nos tenga en cuenta un acto realizado, aunque favoreciendo a muchos, si este acto es en cumplimiento de nuestro deber.  
Y lo que nos corresponde hacer, tanto sea por derecho como por obligación, es parte de nuestra vida y merece ser realizado en la excelencia. Humanamente excelente, cristianamente en la perfección de Dios, para EL y por EL.
Esta realidad es la que muchas veces nos provoca, equivocadamente, la enfermedad espiritual de la Desidia y ¿Por qué? Porque perdemos la visión de que lo que tengo que hacer lo tengo que hacer bien, responsable y comprometidamente, y sin esperar nada a cambio.
Cuando en la vida cotidiana nos detenemos en esto, entonces toma su lugar la Desidia. Así como cuando le dejamos lugar al enemigo, cuando nos descuidamos en la vigilancia, cuando perdemos la atención, va ganando terreno; así sucede con nuestra alma cuando no fijamos la mirada donde corresponde y empezamos a mirar alrededor nuestro.
¿Qué es la Desidia? Es una palabra que proviene del latín y que se refiere a la Negligencia o la Inercia. Por lo tanto, podemos decir, que está asociada también a la falta de cuidado o aplicación. Y peor aún, la desidia está hermanada con la apatía. 
Podemos compararla con la dejadez,la indolencia, el desgano, el desinterés. Y muchas otras tantas formas de definir esta simple palabra que tanto daña nuestro ser cristiano y comprometidos hijos de Dios.
Cuando perdemos de vista que nuestros actos, compromisos, obligaciones, decisiones, o como se los quiera llamar, es parte de nuestra vida, es parte de lo que somos, y por lo tanto, es parte también de lo que tenemos que hacer para ir conformando una vida útil y a la medida de Dios, es cuando nos desanimamos, nos decaemos y perdemos el gusto por el plan de Dios para cada uno.
Empieza por gustarnos lo que el otro hace, empiezan las comparaciones, van cobrando vida los celos y las envidias, y nos vamos decayendo en el fervor. Y todo ¿Por qué? Porque nos quedamos esperando el reconocimiento por lo que hicimos.
Desencantarnos de nuestros compromisos con el Señor es lo peor que nos puede suceder, al contrario, debemos trabajar y esforzarnos, acompañados por el poder y el amor del Santo Espíritu, para que todo nuestro obrar sea conforme a lo que Dios quiere para mi y valorar lo que EL ha puesto en mis manos para que lo disfrute, lo cumpla y lo comparta.
pidámosle al Señor que nunca se apague en nosotros la llama del amor, la llama de la esperanza y la llama de la fe, para que podamos agradarle con nuestros actos y glorificarlo con nuestro servicio. Amén



miércoles, 16 de octubre de 2013

EL PODER DE LA ORACIÓN

El poder de la oración radica en la fe y el convencimiento del Poder de Dios, ya que es a EL a quien va dirigida nuestra oración y es EL quien dará una respuesta conforme a su voluntad, pero también conforme a nuestro compromiso e inteligencia para orar.

Dios responde a la oración, siempre. La respuesta de Dios es a la medida de Dios, nunca será a la medida humana. Y Dios nos capacita, con la unción de su Espíritu, para que podamos orar como nos conviene, para que podamos orar con su mismo poder, y para que podamos, como dijo Jesús "hacer las mismas obras que él".

Entonces ¿Cuál es el verdadero poder de la oración? El verdadero poder de la oración es orar en ESPÍRITU Y EN VERDAD. 
Así como nos dice San Pablo, en la carta a los Romanos, capítulo 8, versículos 26-27: "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos".

Es decir, es el mismo Espíritu de Dios, que conociendo su voluntad como Dios que es, ora en nosotros clamando lo que realmente es bueno, con toda inteligencia y sabiduría, con toda justicia y humildad, con toda verdad y grandeza, a la medida de Dios.

Por eso, cuando oramos, no debemos repetir fórmulas aprendidas simplemente, está muy bien rezar, está muy bien emplear las oraciones poderosas que nos ponen en comunión con toda la iglesia, está muy bien emplear las novenas y sacramentales que nos ayudan y que son medios eficaces; pero la oración de poder es otra cosa: ES DEJAR QUE EL ESPÍRITU SANTO ORE EN NOSOTROS.

Quien mejor que el mismo Dios clame en nosotros su santa voluntad y revestidos de su poderosa autoridad podamos conseguir los objetivos que EL mismo tiene para nuestra vida. Dios se glorifica sin medidas, sin límites, en el corazón que se une a su oración, en el corazón que se reconoce débil y pide el auxilio que viene de lo alto para orar.

Y esa autoridad de Dios se nos transmite desde el Santo bautismo, por lo que podemos usarla y reclamarla en nuestra oración, y obtener el favor de Dios siempre que oremos, ya que es un don de su amor, es el actuar de su Gracia, es el poder de los hijos de Dios que oran animados por el Espíritu Santo.

¿Qué cosa no sabrá Dios que necesitamos? Dios todo lo sabe, todo lo puede, todo lo ve. Imaginemos, usemos un momento la imaginación; ese Dios potente orando en nosotros según su voluntad ¿Qué cosa, situación, circunstancia no se podrá resolver? Si Dios sabe como hacerlo, entonces orando en nosotros obtiene solución para su gloria. 
No es por las muchas palabras que digamos que la oración será eficaz, sino por el grado de espacio o lugar que le demos a Dios en nuestra oración.

Cuando entendamos esto nuestra vida comenzará a ver nuevos frutos y a prosperar espiritualmente, y el crecimiento será como Dios quiere. 

Hagamos la prueba y dejemos que Dios sea Dios y experimentaremos que la oración ¡SI! QUE TIENE PODER, porque el poderoso es EL. Amén

lunes, 14 de octubre de 2013

EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO

Con el Espíritu de Dios moviéndose en nosotros, con todo el potencial de su poder, no hay cosa imposible.

El Espíritu Santo es la Tercera persona de la Santísima Trinidad, que con el padre y el Hijo merece la misma adoración y gloria. ES DIOS! Y como Dios goza de todos los atributos propios de la divinidad: OMNIPRESENTE, OMNISCIENTE, OMNIPOTENTE.

el Espíritu de Dios es la fuerza que todos y cada uno de nosotros necesitamos para cumplir la voluntad de Dios; es la ayuda en la oración que conoce la voluntad de Dios y que viene en nuestra ayuda porque no sabemos orar; es el santificador que obra en la Iglesia hoy, y sigue siendo el mismo de Pentecostés y que puede renovar esos mismos prodigios en nosotros y a través nuestro.

San Pablo nos exhorta a no entristecer al Espíritu, y esto significa dejarlo obrar, confiar en que si Él es el Aliento de vida que actuó en la creación del mundo, si por su poder resucitó al Hijo de Dios que se entregó por nosotros; si por su acción el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y Sangre de Cristo, y por el poder de su sobra que cubrió a María Santísima fue engendrado el Hijo de Dios en condición humana asumiendo la naturaleza de la Santísima Virgen, entonces ¿Qué cosa no podrá hacer en nosotros?

Es la más feliz realidad que podemos asumir, ya que una vez asumida podemos glorificar a Dios en santidad. Porque el obrar del Espíritu es la santidad de los hijos de Dios, que son llamados e invitados por su padre a ser como Él: SANTOS.
Y es el Espíritu quien lo hace, es su amor, es su poder, es su fuerza, es su acción poderosa la que actúa haciendo de nosotros, si le damos el lugar, nuevas criaturas. Todo lo hace nuevo y no hay nada que no pueda hacer.

Nuestra vida puede ser muy fecunda movida, guiada, impulsada por el Espíritu Santo, puede ser un verdadero Evangelio, puede ser a la medida de Dios. No desaprovechemos este don que viene de lo alto y que Jesús dijo que lo necesitamos, Dios sabe que solos no podemos hacer nada y para vivir todo lo que EL nos propone nos envía su fuerza y su misma Persona poderosa, gloriosa y llana de amor para que haga en nosotros y a través nuestro.

En esta vida no hay secretos mágicos, en esta vida en Cristo el secreto está en dejar hacer a Dios, que su Espíritu cumpla su misión y lo demás lo hace EL. Nuestra disponibilidad da el puntapié inicial, por decirlo de algún modo, para que Dios haga lo que quiere hacer en nosotros. dios nos respeta pero no nos tomemos todo el tiempo del mundo, recordemos que el Eterno es EL, no nosotros. Amén

MEDIOCRIDAD

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! (Apoc.3, 15)
Frase salida de la Boca del Señor y dura como pocas, pero cierta, verdadera y pronunciada con el fin de llamarnos la atención respecto a nuestra vida, decisiones, situaciones y elecciones.
Verdaderamente, el Señor, como Padre amoroso y delicado, nos va mostrando el camino a seguir y muchas veces, necesariamente, lo hace de forma dura, clara y precisa. Es en estos momentos donde nosotros, como hijos obedientes, necesariamente también, deberíamos sentirnos obligados en conciencia a dar una respuesta y a experimentar un profundo cambio en nuestra vida para su gloria.
Ni frío, ni caliente, ni alegre ni triste, ni rico ni pobre, ni comprometido ni perezoso, ni valiente ni cobarde... NI.. NI.. ¡Ojalá fuéramos definidos! ¡Ojalá fuéramos hijos de Dios! ¡Ojalá fuéramos cristianos! Pero como dice el Señor ni una cosa ni la otra, más bien un poquito de todo como un almacen de ramos generales y, mis hermanos, en la vida cristiana no se puede tener un poquito de todo si no más bien tener el TODO que es DIOS y solo EL. En el seguimiento de Cristo las medias tintas son solo eso, medias tintas, y con las medias no hacemos nada porque en cualquier momento podemos quedarnos sin nada. Los matices están buenos, pero vivir matizados no! vivir en el medio no sirve, porque el medio es eso, medio y Dios nos invita a COMPLETARNOS. Completarnos, estar repletos de EL, ser a su medida: "SANTOS PORQUE DIOS ES SANTO".
La MEDIOCRIDAD no puede ser el motor de nuestro seguimiento, mucho menos si pretendemos dejar huellas, evangelizar, contagiar. La mediocridad puede llegar a marcar una huella en la arena que con un soplido de viento se borra, o sube la marea y se la lleva. la mediocridad es eso: medio ocre, ni marrón ni ocre, es una cosa parecida a lo uno y a lo otro pero no es nada. Y ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo permaneceremos en la mitad? En la vida cristiana o se adelanta o se atrasa, pero el estancamiento lo único que produce es frenar la obra de Dios y eso no nos conviene para nada.
Es tiempo de definición, es tiempo de certezas, es tiempo de respuestas jugadas, es tiempo de dejarnos de andar como una luz de giro, que si y que no, que ahora me gusta y que mañana dejó de gustarme, que hoy hablo y que mañana me callo, que hoy soy cristiano y que mañana soy esclavo de las pasiones, que hoy me juego por Cristo y que mañana me escondo. Esto no es a la medida de Dios y esto no es el Reino de Dios. 
Y la mediocridad, la indecisión, la tibieza cansa, agota, deja sin fuerzas y causa desaliento. Porque genera y tira y afloje interior que nos desgasta. Una buena respuesta dada correctamente a tiempo produce la libertad de los hijos de dios. la indecisión provoca esa inestabilidad que nos hace flaquear y hasta caernos, porque cuando nos dimos cuenta no sabemos siquiera donde estamos parados. Y ¿acaso es eso lo que queremos? ¿Acaso es eso lo que Dios se merece? ¿Acaso para eso hemos sido llamados? Si en tu vida estas experimentando desaliento o demasiado cansancio preguntate, hace un verdadero y profundo examen de conciencia ¿Estoy siendo frio o caliente? o ¿TIBIO? ¡Cuidado! esto puede ser un gran alerta para darte cuenta de que tu vida en este momento está en el medio y, aunque suene duro, hasta puede estar en el medio de la nada.
Para tener en cuenta sobre la personalidad mediocre: Usa mucho la mentira para salir airoso de situaciones a las cuales no se quiere enfrentar; Tiene Miedo a enfrentarse con la realidad; Vive la vida tal como viene teniendo un pensamiento asi como "es lo que hay" "hago lo que puedo" "hasta aquí llego yo"; Siempre tiene una excusa para todo, aún para no aceptar los errores y/o correcciones; Usa un lenguaje pobre, grosero, hueco; Vive pendiente de los demás, de lo que hacen o dejan de hacer, perono es capaz de verse a sí mismo y cambiar; son algunas de las cuestiones a tener en cuenta entre muchas otras.
Pidamosle al Señor que nos de la gracia de definirnos y asumir una personalidad verdaderamente cristiana para su mayor gloria y felicidad nuestra. Amén

sábado, 12 de octubre de 2013

NO DEJES LUGAR AL DIABLO

«Si se enojan, no pequen.» No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo" (Ef.4, 26-27)

En más de una oportunidad, seguramente a todos, nos ha sucedido que un enojo nos ha durado más de la cuenta. Y en ese lapso de tiempo en el cual estuvimos enojados nos hemos sentido, aparte de mal con la otra persona, mal con nosotros mismos y mal con todo el mundo. Como si todo lo que nos rodeaba en ese momento se hubieran confabulado contra nosotros para que suframos mucho más de lo que nos merecíamos.
Bien, déjenme decirles que no eran las personas, sino un ser espiritual maligno, que se dedica a meterse en las grietas que vamos dejando en nuestra vida, sintiéndose dueño de la situación, quien nos estaba perturbando.

La Palabra lo dice muy claro: "No le dejen lugar al diablo"
Y eso es lo que tenemos que hacer. Obedeciendo a la Palabra de Dios, en principio, ni siquiera deberíamos enojarnos con nuestros hermanos. Pero en el caso de que suceda un enojo, entonces no permitirnos que ese enojo dure más de la cuenta. Hay un espacio de tiempo en el cual le estamos diciendo, con nuestras actitudes, al demonio, pasá no más! Y ahí es cuando sucede todo lo que a Dios no le agrada y que tanto daño le hace a nuestro espíritu que por naturaleza tiende a Dios.

Por ejemplo, una habilidad que tiene nuestro enemigo es hacernos callar. Muchas veces cuando nos enojamos con alguien nos callamos, no hablamos, pero sí pensamos y pensamos, nos enroscamos en esos juicios temerarios que nacen como de una fuente, que fluyen al por mayor, y cuando nos dimos cuenta tenemos una bronca madre contra esa persona y no solo contra ella, sino que hasta hemos involucrado a más gente, que dicho sea de paso, tal vez ni se enteren de que han hecho algo o que nos han afectados. Pero no hablamos, no aclaramos, no intentamos solucionar las cosas con el dialogo.  Y nuestro corazón se va llenando de broncas, luego rencor, y hasta odio. Y esto si que es grave y esto si que es obra del diablo.
Cerrarnos la boca es su obrar, hacernos creer que nadie nos quiere es su obrar, hacernos creer que no vale la pena hablar es su obrar, hacernos poner en víctima es su obrar ¡¡MUCHO CUIDADO!

Si te enojas con tu hermano andá y arreglá el asunto, dice el Señor. Y eso es lo que hay que hacer. Cualquier situación, circunstancia, molestia, lo que sea que haya en nuestro interior hay que sacarla afuera, hay que hablar propiamente con el interesado, tampoco hay que andar hablando con uno y con otro porque eso también es obrar del diablo. Hacer que se siembre cizaña, que se vayan infectando otros hermanos con mi bronca, eso viene del demonio y eso no nos hace bien a nosotros ni a nadie.

Debemos ser astutos nos dice el Señor, no perdamos oportunidad de crecer como hijos de Dios, no andemos dándole espacio a quien no le corresponde, porque ese espacio le pertenece a Dios, y Dios es luz, Dios es claridad y los hjos de Dios son hijos de la luz no de las tinieblas.

Si en tu corazón hay cosas para solucionar hacelo ya! No dejes lugar al diablo. Amén 

jueves, 10 de octubre de 2013

CAMINA! CAMINA TU PROPIO CAMINO

¿Qué es lo que no te deja caminar?
En varias ocasiones, seguramente, todos nos hemos detenido a observar a nuestros hermanos que tienen dificultades físicas, y a aquellos que les cuesta caminar incluso, hasta hemos sentido la necesidad de ayudarlos a dar el paso o sostenerlos en esa lucha por seguir adelante.
Si hemos tenido esta experiencia vamos a poder entender con mayor claridad lo que significa para Dios, nuestro padre, cuando nos observa resbalar y resbalar, patinar y patinar, siempre en lo mismo, dando vueltas y vueltas en el pasado, en el carácter, en los miedos, en las inseguridades, en los apegos mundanos, en las personas y/o circunstancias.

¿Por qué será? ¿Por qué será que el ser humano es tan vueltero? ¿Por qué será que la vida humana parece ser tan complicada?

En realidad la vida es simple, todo es demasiado simple, tan simple que en nuestra mente parece complicado. Los seres humanos nos complicamos en la sencillez de lo creado. Es como si no pudieramos entender que todo ha sido creado y ordenado para nuestra felicidad. Es que esto es tan bonito y sencillo que nos parece imposible e irreal.

Pero, la Buena Noticia, el precioso mensaje es este: CAMINEMOS! Caminemos porque podemos hacerlo. Basta de detenernos en las cosas que no merecen la atención. Si todo aquello que me detiene es verdaderamente importante, entonces, dejará de detenerme. Que quiero decir, que lo que es importante sirve, nos sirve, para dar pasos, para adelantar, para avanzar, para encaminarnos. De lo contrario, entonces, no es importante.

Dejemos de detenernos a mirar lo que no tiene sentido, la respuesta es muy personal, asi como el llamado de Dios es personal. nadie tiene que dar pasos por mi asi como yo no tengo que dar pasos por nadie. Así como el ejemplo de los hermanos que fisicamente no pueden caminar, por más que podamos e intentemos ayudarlos, el paso depende de ellos y de sus piernas, depende de su rehabilitación y de su voluntad, depende de su salud y de su recuperación, lo que nosotros podemos es aportar para que puedan caminar, pero el paso necesariamente lo tienen que dar ellos. Asi sucede en la vida espiritual, no podemos detenernos con los que se detienen, lo que podemos hacer es aportar, ayudar, acompañar, pero el paso espiritual, la respuesta de fe, el compromiso lo tiene que dar cada uno.

Que los pasos de los demás no deteminen tus pasos, que las deficiencias espirituales de los demás no te hagan deficiente, no te detengas a mirar lo que hacen o dejan de hacer los demás, más bien, con tus pasos ayudá a que los demás puedan caminar, hacé que tu ejemplo estimule para que los demás puedan dar pasos gigantes. Basta de depender de los demás para que tu respuesta sea real.

Cuando te decidas a caminar sobre tu camino y dejes de andar los pasos de los demás, entonces, ahí la gloria de Dios comenzará a verse en tu vida, para tu bien y el bien de todos. Amén

DIOS HACE FECUNDO EL DOLOR

"Hijo mío, cuando estés enfermo no te deprimas: ruégale al Señor para que te cure. Renuncia a tus malas acciones, guarda las manos limpias y purifica tu corazón de cualquier pecado. Ofrécele a Dios el incienso y la harina flor para que te tenga en su memoria, preséntale una ofrenda escogida entre tus bienes. Luego, haz que venga el médico, ya que el Señor lo creó; no lo desprecies porque lo necesitas. En algunos casos el restablecimiento pasa por las manos de ellos; 14 rogarán al Señor para que les ayude a encontrar los medios para aliviarte y salvarte la vida" (Ecleo.38, 9-13)

Es bastante difícil comprender y tratar de explicar el motivo de la enfermedad en nosotros, los seres humanos. Todos deseamos y nos gustaría no sufrir, estar totalmente sanos, no enfermarnos nunca, vivir para siempre. De hecho, y muchas veces en la vida, este deseo se agudiza al experimentar la enfermedad y nos preocupamos, ocupamos, por todos los medios posibles para sanarnos, para erradicar la enfermedad de nuestra vida.
Es normal, el ser humano fue creado para la eternidad, el ser humano fue creado para la vida, lamentablemente quedamos todos heridos por la desobediencia de nuestros padres y, aunque el Santo Bautismo no limpia del pecado original, nos quedan las secuelas propias de esa desobediencia: la tendencia al mal, el dolor y la muerte.

Pero contamos con la gracia de Dios, contamos con el poder de su amor, contamos con su amorosa providencia que nos asiste en todo sentido. Contamos con la fortaleza y la perseverancia que nos concede en el momento del dolor. También contamos con sus milagros, que si es su santa voluntad obra en nuestro favor.
Dios tiene poder para sanar, para hacerlo todo nuevo. dios lo que quiere lo hace, y lo que quiere lo puede hacer, para Dios nada es imposible porque EL es el TODOPODEROSO. De eso no debemos tener dudas, nuestra confianza debe estar puesta y orientada al Señor, siempre y totalmente. No solo en el día de la angustia, no solo en el momento de dolor, sino todos los días de nuestra vida y mucho más cuando estamos pasando momentos difíciles. 

El poder de Dios se manifiesta de infinitas formas, no siempre sana milagrosamente, pero lo que siempre hace el Señor es estar a nuestro favor, darle valor al sufrimiento, usar nuestro dolor para provecho de todos. Dios le da sentido a la enfermedad, Dios nos enseña a través de los sufrimientos, Dios nos hace crecer en las pruebas, no porque sea un Padre que se goza en el sufrimiento de sus hijos, sino porque es un Padre amoroso que tiene una mirada amplia y sabe sacar cosas buenas de lo que es terriblemente malo para nosotros, y según su amplitud sabe dar a cada uno según lo necesite. No es que Dios no responda a nuestros pedidos cuando no sanamos, sino que Dios responde de una manera sabia, de una manera amplia, de una manera a su medida. Si miramos a nuestro alrededor y no hemos conseguido el milagro de la sanación deberíamos empezar a ver la multitud de milagros interiores que hemos recibido y la multitud de milagros que empezaron a suceder a nuestro alrededor.

Nosotros debemos pedir, clamar, reclamarle al Señor, así como lo dice su Palabra, pero quedarnos en paz de que Dios hará lo que mejor es para nosotros. En su sabiduría infinita nunca se equivocará y el beneficio será para nosotros y para los demás. Por eso, cuando estamos enfermos o estamos en momentos de prueba, si no pasa milagrosamente, si no se termina rápido, debemos empezar a disfrutar la elección privilegiada de Dios para ser bendición para los demás.

Aunque cueste verlo así todo es milagro de Dios. Y Dios es un Dios de GRANDES MILAGROS. Vos y yo somos un milagro de Dios. 
Por lo tanto, unámonos al Señor en el momento de dolor para que, en el momento de felicidad, sea Cristo quien alegre nuestro corazón. Amén

miércoles, 9 de octubre de 2013

DIOS NO SE DEJA GANAR EN GENEROSIDAD

"El Señor ama al que da con alegría" (1Cor.9, 7)

Esta frase es muy bonita, pero no solo es una frase, sino que es una cita Bíblica, es Palabra de Dios que se pronuncia en nuestra vida, se graba en nuestros corazones y germina para la vida eterna. Y esto no significa que Dios deje de amar a los que no dan, o que Dios sea interesado y que brinda su amor a los que son generosos, al contrario. Dios NO SE DEJA GANAR EN GENEROSIDAD.
Si nosotros somos generosos no estamos beneficiando a Dios, si somos generosos nos estamos beneficiando a nosotros mismos y beneficiamos a nuestros hermanos. Y el amor de Dios se derrama siempre y en todos y cada uno de sus hijos.

Cuál es la invitación de Dios en este momento, es simple, que tengamos en cuenta que nuestros hermanos van a conocerlo y van a tener un encuentro con El a través nuestro, que tengamos en cuenta que la economía de nuestra salvación no puede estar supeditada a la economía mundana, al tamaño de nuestro bolsillo. Lo que Dios nos brinda es mucho más valioso que el dinero, y que el dinero debe estar ordenado a Dios, sobre todo para que muchos puedan tener un encuentro de Vida Nueva.

Nuestro aporte monetario es importante, y ese aporte no cae en el vacío ya que Dios lo hace fructífero, lo multiplica y lo prospera. Y la evangelización, al hacerse en el mundo, necesita del desprendimiento y generosidad de cada uno de nosotros, los que conocemos a Dios.
Dios nos da absolutamente todo a nosotros, es justo y necesario que nosotros le demos a Dios como gesto de gratitud y compromiso por la extensión de su Reino en el mundo.

Dios toque nuestro corazón y nos mueva a la generosidad con el único fin de extender su Reino y hacer felices a muchos hermanos dándoles la posibilidad de encontrarse con EL. Amén