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jueves, 10 de octubre de 2013

CAMINA! CAMINA TU PROPIO CAMINO

¿Qué es lo que no te deja caminar?
En varias ocasiones, seguramente, todos nos hemos detenido a observar a nuestros hermanos que tienen dificultades físicas, y a aquellos que les cuesta caminar incluso, hasta hemos sentido la necesidad de ayudarlos a dar el paso o sostenerlos en esa lucha por seguir adelante.
Si hemos tenido esta experiencia vamos a poder entender con mayor claridad lo que significa para Dios, nuestro padre, cuando nos observa resbalar y resbalar, patinar y patinar, siempre en lo mismo, dando vueltas y vueltas en el pasado, en el carácter, en los miedos, en las inseguridades, en los apegos mundanos, en las personas y/o circunstancias.

¿Por qué será? ¿Por qué será que el ser humano es tan vueltero? ¿Por qué será que la vida humana parece ser tan complicada?

En realidad la vida es simple, todo es demasiado simple, tan simple que en nuestra mente parece complicado. Los seres humanos nos complicamos en la sencillez de lo creado. Es como si no pudieramos entender que todo ha sido creado y ordenado para nuestra felicidad. Es que esto es tan bonito y sencillo que nos parece imposible e irreal.

Pero, la Buena Noticia, el precioso mensaje es este: CAMINEMOS! Caminemos porque podemos hacerlo. Basta de detenernos en las cosas que no merecen la atención. Si todo aquello que me detiene es verdaderamente importante, entonces, dejará de detenerme. Que quiero decir, que lo que es importante sirve, nos sirve, para dar pasos, para adelantar, para avanzar, para encaminarnos. De lo contrario, entonces, no es importante.

Dejemos de detenernos a mirar lo que no tiene sentido, la respuesta es muy personal, asi como el llamado de Dios es personal. nadie tiene que dar pasos por mi asi como yo no tengo que dar pasos por nadie. Así como el ejemplo de los hermanos que fisicamente no pueden caminar, por más que podamos e intentemos ayudarlos, el paso depende de ellos y de sus piernas, depende de su rehabilitación y de su voluntad, depende de su salud y de su recuperación, lo que nosotros podemos es aportar para que puedan caminar, pero el paso necesariamente lo tienen que dar ellos. Asi sucede en la vida espiritual, no podemos detenernos con los que se detienen, lo que podemos hacer es aportar, ayudar, acompañar, pero el paso espiritual, la respuesta de fe, el compromiso lo tiene que dar cada uno.

Que los pasos de los demás no deteminen tus pasos, que las deficiencias espirituales de los demás no te hagan deficiente, no te detengas a mirar lo que hacen o dejan de hacer los demás, más bien, con tus pasos ayudá a que los demás puedan caminar, hacé que tu ejemplo estimule para que los demás puedan dar pasos gigantes. Basta de depender de los demás para que tu respuesta sea real.

Cuando te decidas a caminar sobre tu camino y dejes de andar los pasos de los demás, entonces, ahí la gloria de Dios comenzará a verse en tu vida, para tu bien y el bien de todos. Amén

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