Buscar este blog

viernes, 28 de marzo de 2014

JESÚS CAE BAJO EL PESO DE LA CRUZ

Jesús cae por el peso de la cruz – Jesús cae tres veces

El peso de la cruz hace que Jesús se caiga, más bien hay en su caminar piedras que lo hacen tropezar. Jesús tiene tres caídas en su camino de la cruz.

Las caídas de Jesús no son signos de debilidad, las caídas del Señor son signos de SANIDAD. En este proceso hasta su muerte nos va enseñando cosas y nos va salvando mientras camina, y también va sanando situaciones del ser humano que quiere dejar bien en claro que con EL se puede seguir adelante.

Sana en sus caídas las heridas de la Iglesia, digo de la iglesia porque sana las negaciones de pedro, y Pedro era la cabeza de la Iglesia naciente, Iglesia que caminó junto a Jesús, Iglesia que conoció su obrar, iglesia que experimentó su poder y su amor, Iglesia que se formó con Jesús, por su palabra... Iglesia que lo dejó solo en la cruz. Iglesia que a través de su piedra fundamental lo negó tres veces, iglesia que todavía hoy, de una u otra forma va cayendo, va negando, va dejando crearse grietas en su seno y que pesan en el corazón de Dios, pesan tanto que con el peso de la cruz se cae, pero así mismo DIOS SE LEVANTA, Dios siempre se levanta en favor de su iglesia para sanarla, para fortalecerla, para cumplir su Palabra que dijo: “las fuerzas del mal no podrán contra ella”. Dios se levanta en favor de su Iglesia porque la ha salvado, porque el camino de la cruz debe seguir, porque en el camino siempre habrán piedras, porque la humanidad es débil, y porque Dios todo lo sabe. Sabe lo que el ser humano es capaz pero Dios también sabe de LO QUE ES CAPAZ EL POR EL SER HUMANO.

Dios se cae tres veces porque también cae en la dimensión comunitaria, tropieza con la indiferencia, tropieza con el desamor, tropieza con la ingratitud de la comunidad. Comunidad que compartió con EL, comunidad que EL formó. Tropieza para sanar las heridas de la comunidad, comunidad discipular, comunidad eclesial, comunidad humana... comunidades que sabría existirían en el seno de su Iglesia. Pero también se levanta, DIOS SE LEVANTA POR LAS COMUNIDADES, Dios se levanta porque sabe que las comunidades son los centros de su amor, los núcleos de su amor que se irradian al mundo, Dios sabe que el amor fraterno es lo que salvará y derrotará para siempre a toda fuerza del mal, Dios se levanta porque sabe que si los hombres se aman serán reconocidos como hijos de Dios, Dios se levanta para que se cumpla su Palabra que dice: “En el amor que se tengan unos a otros sabrán que son mis discípulos”.

Y se levanta de su caída por cada ser humano, porque sabe que tropezaremos, sabe que nos daremos la cara contra el piso, sabe que comeremos polvo, sabe que entre pruebas y pruebas nos dejaremos derrumbar por el peso de la cruz, PERO DIOS SE LEVANTA, se levanta porque nos quiere sanar de nuestras propias caídas, quiere fortalecer nuestro andar, quiere que sepamos que con EL TODO LO PODEMOS, quiere decirnos ¡Avancen! ¡Ánimo! Yo ya me ofrecí por ustedes.

jueves, 27 de marzo de 2014

"EL QUE NO JUNTA CONMIGO DESPARRAMA"

La sabiduría de nuestro Buen Dios es tan infinita como EL mismo, y de esa fuente inagotable tenemos la gracia de poder nutrirnos. Y no hay que hacer cosas extraordinarias para que esa sabiduría llegue a nosotros, simplemente con acercarnos a su Palabra, encontraremos y veremos como fluye en nuestra mente y en nuestro corazón produciendo un cambio y un precioso proceso de conversión.

Y en esa sabiduría, el Señor, nos va mostrando que lo importante es estar de su lado, que no es porque seamos tales o cuales, o porque hagamos tal o cual cosa, que seremos gratos a sus ojos, sino que el permanecer y el caminar en sus huellas, en la obediencia a sus enseñanzas, harán de nosotros verdaderos discípulos.

"El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama."

Muchas veces nos podemos encontrar con situaciones parecidas a las que sufrió Jesús, situaciones de incomprensión, situaciones de calumnias, situaciones de juicios, pero si estamos del lado del Señor podremos salir airosos con la verdad. A Jesús le decían que expulsaba los demonios con el poder del diablo, que tenia un pacto con el diablo por eso podía hacerlo, más Jesús que conocía los corazones sabía que era lo que movia a aquellas personas a decir semejante cosa. y el sentimiento más débil del ser humano y que más daño provoca es la envidia, envidia que genera competencia y competencia desmedida que recurre a lo que sea para argumentar eso que carcome el corazón.

Esta gente carcomida por la envidia de los prodigios, de las palabras amables, de las miradas dulces, de los gestos de compasión, obrar que estaba muy lejos de ellos, los llevó a dar un juicio desmedido y temeroso del obrar de Dios. Los llevó hasta negar que Dios puede hacer semejante cosa, los llevó a negar la mayor de las verdades: JESÚS ES DIOS.

Por eso el Señor deja muy claro que el poder viene de lo alto, el poder es de Dios, y que Él tiene autoridad sobre el espíritu del mal. También deja bien claro que es el amor el que vence al mal, que es el amor el que somete a los demonios, que es el amor el que combate la miseria del mundo. si en un corazón hay amor, está Dios, y donde está Dios hay poder.

Nosotros mismos podemos caer también en la tentación de juzgar a los demás y preguntarnos u ofenderlos diciendo que hacen las cosas por el poder del demonio, sin saber, o movidos por la envidia. Debemos ser cautelosos y aprender a discernir con la misma Palabra de Dios, fuente de sabiduría: "El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama."

Si nuestra forma de vivir, de hablar o de llegar al hermano no produce unidad, comunión, armonía, entonces ¡SI! debemos preguntarnos ¿De qué lado estamos? ¿Estamos juntando o desparramando? 

martes, 25 de marzo de 2014

¡AVE MARÍA!

"El ángel de Señor anunció a María, y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo"

El precioso saludo del Ángel a María, el cual recordamos cada día al rezarlo, nos ayuda a ver la grandeza de lo sucedido. Grandeza de parte de Dios que toma la iniciativa en el plan de salvación y la grandeza de parte de la criatura que accede fielmente a esa iniciativa con una respuesta de confianza y entrega admirables.
Este Plan de salvación y la respuesta de María, nos han dado la Vida Nueva, a través del Verbo que se hizo carne y habitó entre nosotros, se ofreció en el Santo Sacrificio de la Cruz y Resucitó, y ahora vive y Reina junto al Padre.

Y personalmente, para cada uno de nosotros, también hay un plan de salvación donde Dios toma la iniciativa, donde él nos envía a sus ángeles para ir guiando nuestro caminar hacia la conclusión de ese plan que, con nuestra respuesta afirmativa y fiel, también favorece a los que nos rodean. Pero ¿Encuentra Dios un corazón dispuesto como el de María? y nosotros ¿Sabemos discernir o darnos cuenta de los ángeles enviados por Dios? ¿Qué tan atentos estamos?

La voz de Dios llega a nosotros de diferentes maneras, principalmente en la oración a través de su Palabra. Pero también nos habla a través de los hermanos, a través de circunstancias, a través de momentos sorprendentes que nos hacen cambiar el rumbo, a través de las mociones de su Espíritu en un pensamiento, en una frase, en una canción... Pero si no estamos en comunión con Dios, todo lo antes mencionado, serán para nosotros solo cosas que pasan y que nada tienen que ver con Dios.

María conocía a Dios, María tenia comunión con Dios, María era una mujer de oración y conocedora de la Palabra de Dios y esperaba en las promesas de Dios. Lo único que le llamó la atención a María, de la propuesta del ángel, fue "como sucederá eso si yo no he convivido con ningún hombre", es decir, darle a conocer al ángel su fidelidad a Dios en su castidad y, esto no significa que dudó, más bien significa que en esa frase está contenida su otra respuesta: "estoy dispuesta a lo que sea para que Dios se glorifique".
Apenas el Ángel le explicó ella ni siquiera titubeó en decir un AMÉN. Decir "que se haga según has dicho" es decir amén, así sea, creo que se hará, me dispongo a que se haga, aquí estoy, cuenta conmigo.

Volvamos nuevamente a nosotros, cuando descubrimos una promesa de Dios, una propuesta de Dios, un pedido de Dios ¿Cuál es nuestra respuesta? ¿Qué tan rápido respondemos? ¿Qué tan disponible estamos? ¿Cuánto nos cuesta adherirnos al plan de Dios?
Y pensar que todo y solo lo que Dios quiere es que seamos felices y que nuestra felicidad inunde a quienes nos rodean.
Todos queremos cambiar el mundo, queremos que se termine la injusticia, queremos vivir en paz, queremos que no haya abortos, queremos ser civilizados, queremos que nadie sufra, queremos que no mueran inocentes... queremos... queremos... pero no dejamos que el querer de Dios se haga presente. Unidos al plan de Dios podríamos conseguir todo eso que anhelamos como seres humanos, porque esos anhelos son de Dios, pero la humanidad no sabe como hacerlo, es Dios quien lo tiene que hacer.
Pero cuando se nos viene el planteo para que podamos hacer algo de eso que tanto queremos ¿Cuál es la respuesta? El gobierno se tiene que hacer cargo, la Iglesia debería salir más, los delincuentes deberían estar en las cárceles, los derechos de unos y de otros... ¿Entonces?
¿Por qué cuando Dios nos propone siempre es el otro el que debe responder? ¿Cuándo llegará el día que digamos SI?

Miremos hoy, una vez más a nuestra Madre, su sencillez, simplicidad y fidelidad a Dios, que con todo lo que significaba ser La Madre de Dios, ella dijo SI. Y todos fuimos salvados. Amén

domingo, 16 de marzo de 2014

DEJARLO TODO POR LA VOLUNTAD DE DIOS

"En aquellos días, el Señor dijo a Abrahán: —Sal de tu tierra y de la casa de tu padre hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo. Abrahán marchó, como le había dicho el Señor" (Génesis 12, 1-4a)

También en aquellos y en estos días, el Señor nos dice: Sal de tu tierra... Y muchos todavía no se han animado a dar ese paso en Fe de salir y aventurarse hacia la tierra que Dios les ha prometido. Salir de la tierra no necesariamente se refiere a salir de tu país, de tu pueblo, de tu lugar de origen; más bien se refiere y con seguridad, a la decisión de dejarlo todo por seguir el camino trazado por el Señor. A dejar nuestras comodidades, nuestras costumbres, nuestras opiniones, nuestros sueños para soñar con Dios y para Dios, para que se realice el plan de amor y felicidad que tiene para cada uno. Es dejar los "apapachos" de los conocidos para animarnos a que el mundo entero, que los hermanos, para que el prójimo, también tenga oportunidad de "apapacharnos" en el Nombre de Jesús a quien seguimos y servimos. Es animarnos a dejar las seguridades, seguridades de todo tipo, para que solo tengamos una sola seguridad: EL SEÑOR. El Señor que todo lo suple y el Señor que todo lo cumple.
Dejar lo que somos para que comience a verse lo que Dios quiere que seamos, dejar de ser mundanos para que el mundo comience a ver a Dios.

Por eso, la invitación de Dios no es solo, bueno, deja tu casa y tu padre y comienza una marcha hacia la tierra prometida; la invitación de Dios es un dejar la inmadurez espiritual para empezar a ver las promesas cumplidas en nuestra vida en favor nuestro y de toda la Iglesia y de todo el mundo.

Porque detrás de la invitación surge la promesa de Dios, y su promesa no es simple, no es pequeña, su promesa ni siquiera es para uno en particular, sino que con la respuesta que cada uno demos a esa invitación de "dejar" serán bendecidas todas las naciones de la tierra. Nuestra respuesta jugada por el Señor será fuente, será canal, será cielos abiertos para todas las naciones de la tierra.

Muchas veces solo nos detenemos a vivir una vida de Fe mediocre, que creemos cuando tenemos y nos caemos cuando no vemos, que pensamos que Dios todo lo puede cuando nos va bien y que Dios se olvidó de nosotros cuando sufrimos alguna clase de padecimiento. Muchas veces no tenemos la constante en la Fe y eso frena la bendición a todas las naciones. No debemos tener una Fe solo para nosotros, esta invitación de Dios nos deja bien claro que nuestra Fe constante y firme, segura y valiente, no es bendición particular, sino que es bendición para todos y cada uno. Cuando entendamos esto nos pondremos en movimiento y nos dará gozo sentirnos canales de bendición, solo cuando lo entendamos.

El egoísmo, hasta para pensar en las bendiciones, nos detiene en ese caminar que tal vez elegimos, pero que nos falta el convencimiento de que no lo hacemos solo por nosotros mismos, sino que lo hacemos por todos. Por algo el Señor sigue invitando ¿Será que pocos se animan a dejarlo todo para ser bendición para otros? Puede ser, o puede ser que bendiciones multiplicadas con abundancias de respuestas podríamos vivir el cielo en la tierra ¿Qué es lo que falla? ¿La promesa de Dios? ¿La respuesta del hombre?

Hay que animarse, hay que seguir el plan de Dios, donde sea, como sea, porque Dios sabe lo que hace. Y en este momento recuerdo una canción que dice: "Dios no nos trajo hasta aquí para volver atrás, nos trajo aquí a poseer la tierra que nos dió"  Ojalá nuestra Fe se mantenga tan firme como para gozar del cumplimiento de las promesas y la bendición desparramada por el corazón del mundo entero. Amén



martes, 11 de marzo de 2014

¿QUE TAN SECO SE ENCUENTRA TU CORAZÓN?

La sequedad del corazón es un problema que nos aqueja, hoy día, a muchos cristianos que ya hemos tenido un encuentro con Cristo pero que no hemos sabido alimentar el encuentro diario con EL.

La sequedad del corazón no es lo mismo que la tibieza espiritual, no es lo mismo que la desidia, no es lo mismo que la indiferencia. La sequedad es un estado interior que nos permite experimentar la sed de Dios pero nos sentimos incapacitados de llenar esa sed.

Al sentir esa incapacidad nos vamos llenando de prácticas, a veces demasiado externas, que nos aturden y no nos permiten disfrutar de la presencia de Dios.
Oraciones aprendidas, mecánicas, sin amor incluso. Rezos y rezos, palabras y más palabras, y el encuentro con Jesús en la oración se transforma en un monólogo de fórmulas que llenan la mente pero no cubren la sed de Dios. No es que esté mal las devociones, o las novenas, o las oraciones dirigidas a los santos, son prácticas que nuestra iglesia nos regala para acrecentar la devoción.

Pero la sed de Dios es otra cosa, y la sequedad del corazón es la necesidad de estar con Dios, de llenarnos de Dios, de colmarnos de esa agua Viva que EL solo puede darnos.
Sequedad del corazón es ese espacio vacío que nadie más que Dios puede llenarlo y que cuando vamos al encuentro del Señor nosotros somos quienes lo llenamos a Dios, si, lo llenamos de palabras, de pedidos, de exigencias, de quejas... y no permitimos, y no nos permitimos un momento de intimidad con EL.
Intimidad donde nos hable, donde nos acaricie el alma, donde nos refresque con su agua viva. Un momento de silencio y adoración, sin palabras, sin excusas, sin nada mas que DIOS. Solo Dios y nosotros, Dios y nuestro corazón, Dios y nuestra tierra reseca sedienta y ardiente de EL.

Es de una imperiosa necesidad que nuestra oración, nuestro encuentro con Dios, sea un verdadero encuentro. Encuentro con su Palabra que penetra en nuestro interior como agua que fecunda todo nuestro ser, encuentro con el Amor de Dios que invade nuestro corazón haciendonos sentir verdaderamente felices, encuentro con la Misericordia de Dios que nos da la dicha de sentirnos perdonados y la capacidad de perdonar, encuentro con el poder de Dios que nos levanta en su gloria y nos colma de su unción. Y ese encuentro se dá cuando le damos el espacio a DIOS.
Si vamos a su encuentro, es precisamente, a eso a lo que vamos. A encontrarnos con EL. Nuestra oración cristiana no es una oración filosófica o de expresiones iluminativas, sino que es una fórmula simple: dejar que Dios sea Dios en ese momento para que en toda nuestra vida luego también sea Dios.
No vamos al encuentro de nosotros mismos, no vamos al encuentro de un punto en blanco o de una respiración relajada, vamos al encuentro de una PERSONA que nos espera y que puede hacer grandes cosas en nosotros en ese momento y siempre.

Por eso, si nuestra oración se ha colmado de formulas, o cosas raras, o demasiadas palabras... nuestro corazón sigue seco. Y si lo seguimos llenando de cosas, aclaro, no se calmará nunca su sed. Porque lo único que calma la sed es el agua, por lo tanto, lo único que puede regar nuestro corazón en sequedad es Dios y así, luego, como dijo Jesús, de nuestro interior brotarán ríos de agua viva.

Animémonos a estar en silencio y adoración con el Señor, dejemos que sea EL quien nos hable y que sea EL que haga lo que tiene que hacer y lo que puede hacer, que es mucho más de lo que pensamos o pedimos. amén

miércoles, 5 de marzo de 2014

CENIZAS, SIGNO DEL AMOR DE DIOS

¡Precioso es pensar, y no solo pensar, sino tener la certeza de que Dios nos ama! Y es, ese gran amor, el que nos mantiene en su santa voluntad y disfrutando de la belleza de su plan de amor.

Miércoles de cenizas, comienzo de cuaresma. Cuaresma, tiempo santo y tiempo de santidad, tiempo de perdonar y perdonarnos, de dar y recibir, de ayunar y compartir, de orar y escuchar a Dios. Un tiempo valioso como ninguno, tiempo de darnos cuenta de que Dios está queriendo compartir una vez más el camino hacia la Pascua.

Es necesario que tomemos conciencia de que la Cuaresma no es solo una práctica, sino que es un tiempo de Gracia especial de preparación para el MISTERIO DE NUESTRA FE. Es caminar con Jesús, el Verbo hecho carne, mirarlo más de cerca, aprender de sus pasos, asumir sus enseñanzas, comprender el dolor y el sufrimiento como EL lo comprendió, renunciar y rechazar las tentaciones del enemigo, estar preparados para descubrir lo que nos quiere apartar del plan de Dios, anunciar como lo hizo Juan Bautista al Cordero de Dios que viene a salvarnos, es como María Santísima, escuchar, meditar y guardar todo el potencial de Dios en nuestro corazón.

Las cenizas hoy nos recuerdan que somos criaturas, nos sitúan en el lugar del que nunca debemos movernos para poder ver con claridad quien es DIOS, y qué quiere DIOS de cada uno de nosotros. Situados en el lugar que nos corresponde, como seres creados, como seres que necesitaron recibir vida y por eso viven, podemos darnos cuenta con mayor facilidad de que SIN DIOS NADA PODEMOS HACER. Por eso, en la gran pedagogía de Dios y en el amor de nuestra Madre Iglesia hoy recibimos las cenizas. Y hoy, un año más, nos vuelven a recordar esto que nunca debemos olvidarnos.

Pero también las cenizas nos dicen LO QUE ES CAPAZ DIOS de hacer con nosotros si lo dejamos obrar. Cuando nos signan con las cenizas en nuestra frente y nos dicen "conviértete y cree en el Evangelio" o nos dicen "recuerda que eres polvo y al polvo volverás" no es una sentencia, es una urgencia de darle el espacio a Dios para que haga su obra en nuestra vida y así, se cumpla en cada uno de nosotros lo que DIOS tiene pensado desde toda la eternidad.

Dios nos puede sacar de las cenizas, Dios nos puede levantar en gloria por varios motivos: en primer lugar porque DIOS ES DIOS y como tal puede hacer lo que quiere. En segundo lugar porque NOS AMA y por amor dio su vida por nosotros y es capaz de hacer cualquier cosa por nuestra felicidad. Y en tercer lugar porque Dios sabe lo que podemos llegar a ser si lo dejamos actuar, por lo tanto se juega por nosotros, es como que apuesta todas las fichas en lo que podemos llegar a ser, confía en que podemos ser verdaderos hijos de EL, dar un fehaciente testimonio de amor a la humanidad. Por eso DIOS nos saca de las cenizas, porque sabe con toda certeza lo que podemos SER en su Nombre.

Y esto si que es bonito pensarlo hoy, para que nos de la fuerza de amar y esperar, buscar y trabajar para conseguir eso de lo que somos capaz y que Dios lo sabe. Unidos a EL vivamos la Santa Cuaresma y que llegada la Pascua, realmente notemos que Dios ha PASADO por nuestra vida todos los días. Amén!!!

martes, 4 de marzo de 2014

CATHOLIC.NET

Catholic.net fue fundado en 1995 por James Mullholland como el acceso directo a las realidades eclesiales que fueron surgiendo en la Internet, convirtiéndose en el primer portal católico de la red,

En el año 2000, en unión con la Agencia de Noticias Zenit y varios organismos de la Iglesia, surge la versión en español de Catholic.net como miembro de la RIIAL (Red Informática de la Iglesia en América Latina), con el objetivo de llevar a todos los rincones de la tierra el mensaje de Jesucristo, la respuesta a los interrogantes del hombre y la solución a los problemas del mundo, brindando a los visitantes información veraz y completa, una formación profunda y orientación personalizada en cualquier tema relacionado con la Religión Católica y la vida diaria.

Actualmente Catholic.net cuenta con una base documental de más de 50,000 artículos distribuidos en 13 Secciones, 18 Comunidades y numerosas Alianzas con otros sitios católicos. Nuestras visitas ascienden a más de tres millones cada mes y nuestras listas de correos llegan a más de un millón de direcciones de usuarios suscritos.


Es así como Catholic.net ha logrado unir los esfuerzos evangelizadores de todos los carismas de la Iglesia, convirtiéndose en punto de referencia doctrinal y moral por su fidelidad al Magisterio y en un lugar de encuentro, en el cual los católicos pueden compartir conocimientos, dudas y experiencias, desarrollar sus capacidades y potenciar sus inquietudes apostólicas.