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jueves, 27 de marzo de 2014

"EL QUE NO JUNTA CONMIGO DESPARRAMA"

La sabiduría de nuestro Buen Dios es tan infinita como EL mismo, y de esa fuente inagotable tenemos la gracia de poder nutrirnos. Y no hay que hacer cosas extraordinarias para que esa sabiduría llegue a nosotros, simplemente con acercarnos a su Palabra, encontraremos y veremos como fluye en nuestra mente y en nuestro corazón produciendo un cambio y un precioso proceso de conversión.

Y en esa sabiduría, el Señor, nos va mostrando que lo importante es estar de su lado, que no es porque seamos tales o cuales, o porque hagamos tal o cual cosa, que seremos gratos a sus ojos, sino que el permanecer y el caminar en sus huellas, en la obediencia a sus enseñanzas, harán de nosotros verdaderos discípulos.

"El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama."

Muchas veces nos podemos encontrar con situaciones parecidas a las que sufrió Jesús, situaciones de incomprensión, situaciones de calumnias, situaciones de juicios, pero si estamos del lado del Señor podremos salir airosos con la verdad. A Jesús le decían que expulsaba los demonios con el poder del diablo, que tenia un pacto con el diablo por eso podía hacerlo, más Jesús que conocía los corazones sabía que era lo que movia a aquellas personas a decir semejante cosa. y el sentimiento más débil del ser humano y que más daño provoca es la envidia, envidia que genera competencia y competencia desmedida que recurre a lo que sea para argumentar eso que carcome el corazón.

Esta gente carcomida por la envidia de los prodigios, de las palabras amables, de las miradas dulces, de los gestos de compasión, obrar que estaba muy lejos de ellos, los llevó a dar un juicio desmedido y temeroso del obrar de Dios. Los llevó hasta negar que Dios puede hacer semejante cosa, los llevó a negar la mayor de las verdades: JESÚS ES DIOS.

Por eso el Señor deja muy claro que el poder viene de lo alto, el poder es de Dios, y que Él tiene autoridad sobre el espíritu del mal. También deja bien claro que es el amor el que vence al mal, que es el amor el que somete a los demonios, que es el amor el que combate la miseria del mundo. si en un corazón hay amor, está Dios, y donde está Dios hay poder.

Nosotros mismos podemos caer también en la tentación de juzgar a los demás y preguntarnos u ofenderlos diciendo que hacen las cosas por el poder del demonio, sin saber, o movidos por la envidia. Debemos ser cautelosos y aprender a discernir con la misma Palabra de Dios, fuente de sabiduría: "El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama."

Si nuestra forma de vivir, de hablar o de llegar al hermano no produce unidad, comunión, armonía, entonces ¡SI! debemos preguntarnos ¿De qué lado estamos? ¿Estamos juntando o desparramando? 

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