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sábado, 21 de diciembre de 2013

¡SABIENDO QUE SOMOS TUYOS!

"Pero tú, oh Dios nuestro, eres bueno y veraz; tú eres paciente y gobiernas el universo con misericordia. Aunque pequemos, somos tuyos, pues reconocemos tu poder; pero, sabiendo que somos tuyos, evitaremos el pecado" 
(Sab.15, 1-2)

¡Dios nuestro eres Bueno y Veraz! Qué grato recordarnos cada día de la bondad de Dios y de su veracidad. En dios no hay dobleces, no hay contrasentidos, no hay excesos de palabras inconclusas, en Dios no existe mentira alguna y tampoco existen falsas expectativas. En Dios todo es correcto, sano y verdadero. Digno de toda confianza y entrega.
Y Dios es Bueno, así como lo dijo Jesús: "¿Por qué me llamas bueno?, nadie es bueno sino solo DIOS" (Mc.10, 18). Solo Dios es Bueno con la virtud infinita de la Bondad. 

Bondad es la cualidad de bueno, hace referencia a lo útil, agradable, apetecible, gustoso, divertido que puede adornar la vida de la persona en la cual radica la bondad. Como decimos "bonachón". Una persona bondadosa tiene una inclinación natural para hacer el bien. Siempre se mantiene dispuesta a ayudar a quien sufre, a quien necesita, es una persona compasiva, amable y generosa. Y todo esto lo encontramos en Dios en su perfección.

Como seres humanos puede que seamos bondadosos, pero siempre tiene un pequeño desperfecto que es la tendencia al egoísmo, a la reciprocidad, a la gratitud que se nos debe, o simplemente porque siempre, queramos o no, estamos pendientes o a la espera de que se nos agradezca o se nos considere buenas personas por lo que hacemos. Poco o mucho, se exprese o no, es nuestra realidad que necesitamos ser reconocidos y aceptados.

En cambio, en Dios, radica es verdadera Bondad, la Bondad perfecta, la que da sin esperar, la que se regala porque sobreabunda y desborda, la que está siempre y la que no falla. Ese es Dios ¡DIOS ES BUENO!

"Tú eres paciente y gobiernas al mundo con Misericordia". La paciencia y la misericordia de Dios son infinitas y están a nuestra disposición, tal vez es por esto que muchas veces abusamos. Pero Dios es paciente, Dios sabe esperar, y todo lo hace Bien. Su gobierno es de misericordia, es decir, teniendo en cuenta nuestra condición pecadora y el deseo del corazón humano de reposar en EL. Dios sabe todo lo que nos acontece, sabe de nuestras luchas, sabe de nuestras caídas y valora con misericordia nuestra fortaleza para levantarnos y seguir adelante. Y no solo valora, sino que se muestra propicio para ayudar, para dar su mano, para poner su corazón que es amor en nuestra miseria que es pecado.

Pero lo mejor de todo, es que "Aunque pequemos, somos tuyos, pues reconocemos tu poder; pero, sabiendo que somos tuyos, evitaremos el pecado"
Esta es la mejor decisión de los hijos de Dios. Reconociendo el amor, la bondad, la verdad, la paciencia y la misericordia y el poder que hay en Dios, tomar la decisión de pertenecerle. 

Sabemos que somos tuyos dice la palabra, aún pecadores; somos de Dios, somos sus hijos, somos su hermosa creación, somos sus amados. Nuestros pecados no producen que Dios deje de amarnos, con el pecado somos nosotros los que decidimos alejarnos de Dios, pero su amor por cada uno sigue intacto ¡DIOS ES AMOR!

Pero cuando reconocemos lo que Dios es y lo que Dios quiere ser en nuestra vida, cuando reconocemos la grandeza del Dios de nuestra vida, cuando tomamos conciencia de quien verdaderamente es nuestro Dios, entonces ahí surge la decisión de santidad: "Sabiendo que somos tuyos evitaremos el pecado" ¡Qué impresionante! ¡Qué simple! Y tan complicado que lo hacemos nosotros.

Evitar el pecado es vivir la vida de Dios, es decirle al Señor con nuestras obras ¡Soy tuyo! ¡Soy tuya! Es demostrarle que nos hace feliz ser de su pertenencia, tener un lazo de familia con Él. Eso es dejar atrás el pecado, eso es el camino de conversión, eso es lo que cada uno, cuando dice conocer a Dios, cuando dice haber tenido un encuentro personal con Dios ya no puede seguir en lo mismo, tiene urgencia de un cambio. Ya no se conforma con decir soy así y así me quedo, al que le gusta bien y sino también, porque tiene una idea más alta, ya no busca agradar a los hombres, sino que porque tiene conciencia de que es de Dios evita el pecado e intenta agradar a su DIOS.

Ahora debemos preguntarnos, si todavía la conversión no ha empezado en nuestra vida o va demasiado lenta, si el egoísmo y la comodidad nos adornan ¿Hemos tenido un encuentro con Dios? ¿Nos hemos dado cuenta que somos de Él?

Nos dice Santiago: "Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe a través de las obras" (ST.2, 18); es como decir muéstrame tu conversión con palabras que yo te la mostraré con mi amor a Dios. Amén


1 comentario:

  1. Estas palabras nos llevan verdaderamente a reflexionar! A hacer un alto y pensar si realmente queremos ser y parecer ser de Dios. Yo digo quiero ser tuya!

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