Buscar este blog

miércoles, 29 de febrero de 2012

¡APARIENCIAS!... PERO NO PARA DIOS!!

"Escribe al Ángel de la Iglesia de Sardes: «El que posee los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas, afirma: “Conozco tus obras: aparentemente vives, pero en realidad estás muerto..."

Palabra fuerte y dura; pero tan cierta como todo lo que sale de la boca de Dios. Cuántas veces nos dirá esto el Señor a nosotros!!
¿Cuántas veces tendrá que llamar nuestra atención de una forma así de dura?
Lamentablemente, los seres humanos, creemos que las apariencias también engañana a Dios, pero nos olvidamos de que Él no se fija en las apariencias sino que ve el corazón! A Dios no se le puede mentir.
Dios todo lo sabe, hasta los pensamientos más profundos, hasta los anhelos más escondidos de nuestro interior. Nos conoce más que a nosotros mismos, por eso ¡¡Qué tremendo error querer engañar a Dios con una vida de apariencias religiosas!
Es tremendo leer cuando Dios sentencia: APARENTEMENTE VIVES... pero en realidad estás muerto!
No podemos creernos a nosotros mismos nuestras propias fantasias de santidad, no podemos seguir caminando a tientas podiendo prender la luz, a Dios no le importan mil cosas hechas para que otros las vean o porque esperamos una acción de gracias o que nos tengan en cuenta, a Dios no le interesa si los demás ven o no ven lo que hacemos, a Dios le importa y mucho lo que ÉL ve de nosotros, lo que en realidad somos y las intenciones de nuestro corazón.
No es necesario aparentar, no es necesario querer convencer a Dios de lo que hacemos convenciendo a los demás que nuestra vida es santa porque hacemos tal o cual práctica de religión; no es necesario demostrar nada de lo que no somos, porque Dios sabe lo que somos y lo que hacemos.
Lamentable para nuestro crecimiento es si todavia seguimos en prácticas externas, orando mirando de reojo para ver si me miran orar, diezmando divulgándolo a los cuatro vientos para que todos sepan que Dios recibe mi dinero, haciendo la caridad con aquellos a quienes tenemos más cerca haciendo que se sientan mendigos o recordándoles cada vez que los ayudamos...
Ayy de nosotros!! Pobre ilusos!!
Dios nos ha enseñado tantas cosas que si las pusiéramos en práctica realmente nos daríamos cuenta ¡qué simple es servir al Señor! Él es totalmente descomplicado!!
Nos reprocha nuestra muerte interior disfrazada de una vida tremendamente activa, muchas obras poca intimidad, mucho ruido pocas nueces...
La santidad no consiste en hacer cosas sino en ser santos. Y para ser santos no hay que hacer otra cosa que la voluntad de Dios y la voluntad de Dios es que vivamos en su presencia, como dice SAn Pablo: "ya vivamos, ya muramos, para el Señor lo hacemos... comemos, bebemos lo hacemos para el Señor" SDIMPLE!!!!
La misma vida está llena de circunstancias y motivos para la santidad, no hay que hacer nada de más ni extraordinario, simplemente hay que vivir para Dios y desde Él todo lo demás se nos añade. Sin tratar de jugar a las mentiritas con Aquel que la verdad es el único camino.
Dios no mira las apariencias! Dios ve el corazón!! Amén

No hay comentarios:

Publicar un comentario