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sábado, 30 de abril de 2011

¡DÍA DEL SEÑOR!

En nuestra vida tenemos un cúmulo de grandes celebraciones de las cuales no nos queremos perder ni un solo detalle y también las recordamos año tras año, como un gran tesoro de la historia de nuestra vida. Por ejemplo, la más celebrada: el día de nuestra cumpleaños!! ¿Quién no celebra su cumpleaños? Son muy pocas las personas que no lo hacen. Y así, una amistad, una profesión, un noviazgo, un matrimonio, etc, etc, son celebrados y recordados en detalles por el ser humano. Acontecimientos que marcan la vida, acontecimientos que hacen parte de la vida y que se convierten en celebración.
¡¡Y CUÁNTO NOS GUSTA CELEBRAR! Las fiestas nos animan demasiado y no queremos quedar afuera de nada.

En la historia de la humanidad pasó algo tremendamente importante y sigue pasando día a día, sigue renovándose, actualizándose, y pasa desapercibido. DIOS SE HIZO HOMBRE, HABITÓ ENTRE NOSOTROS Y DIÓ SU VIDA POR NUESTRA SALVACIÓN!!!
Y ese Misterio tan sublime de amor se actualiza en cada Misa celebrada. En cada Misa, Jesucristo, vuelve a dar su vida, actualizando el sacrificio del Altar, convirtiendo la Santa Misa en una gran y auténtica celebración para gloria de Dios Padre.

¡¡Y TODOS SOMOS INVITADOS!! todos, absolutamente todos, somos invitados a celebrar este acontecimiento, a unirnos a Cristo en este Memorial de su Pasión y Cruz, pero... ¡NO TODOS CELEBRAMOS CON EL SEÑOR!
Y, hasta nos cuesta celebrarlo los días domingos, a muchos les sucede sentir la Misa dominical como una imposición o una obligación eclesial, pero no se detenienen a verla como una fiesta que Dios quiere compartir con el ser humano.
En esta fiesta hay comida y bebida, pero es una comida y una bebida ÚNICA, es EL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO!!! y muchas veces no tomamos conciencia de esto...
Celebrar la Misa es un acontecimiento que no puede pasar indiferente en nuestra vida, al contrario, debería ser la primera celebración, antes que todas!

Pensemos... y celebremos el ¡DÍA DEL SEÑOR!
amén

1 comentario:

  1. ¡fELIZ día del Señor! Él nos permita crecer en su amor.

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