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viernes, 16 de mayo de 2014

IGLESIA DE CRISTO

La iglesia es la convocatoria de parte de Dios a ser su pueblo. La raíz misma de la Palabra iglesia es precisamente “Convocación” “Llamado”. Dios convoca a su pueblo y lo reune en torno a sí para revelarse y darse a conocer, para formar una unidad.
En un lenguaje cristiano, nos dice el catecismo, que la palabra iglesia no se refiere solo a un espacio reducido sino a todos los hijos de Dios, a la comunidad universal de creyente. Por eso podemos afirmar que iglesia no se define solo con palabras, sino que iglesia somos las personas, vos y yo, todos los bautizados y convocados por Dios.
La iglesia es el redil, es el rebaño, donde todos y cada uno somos parte de ese rebaño, somo las ovejas, y tenemos un único pastor y una única puerta por la cual podemos ingresar y que es CRISTO.
Si bien los pastores que vemos, palpamos y tenemos son seres humanos como nosotros, cada uno de ellos son también convocados y parte del rebaño. Que representen al PASTOR SUPREMO no significa que son dueños de la iglesia o dueños de la verdad de la iglesia. Esto lo podemos corroborar en las enseñanzas del magisterio de la iglesia, donde en el numero 754 del Catecismo nos dice: "La Iglesia, en efecto, es el redil cuya puerta única y necesaria es Cristo (Jn 10, 1-10). Es también el rebaño cuyo pastor será el mismo Dios, como él mismo anunció (cf. Is 40, 11; Ez 34, 11-31). Aunque son pastores humanos quien es gobiernan a las ovejas, sin embargo es Cristo mismo el que sin cesar las guía y alimenta; Él, el Buen Pastor y Cabeza de los pastores (cf. Jn 10, 11; 1 P 5, 4), que dio su vida por las ovejas (cf. Jn 10, 11-15)".
También la iglesia es la contrucción de Dios, pero no referida al templo, no referida a las capillas, no referidas a la construcción material sino a la construcción viva, donde cada uno de nosotros nos transformamos en piedras, en ladrillos vivos, y de esta simple vida que soy yo y que sos vos vamos dándole vida a esa contrucción que Dios quiere. Es decir, Dios nos da vida para que movidos por Él podamos se el pueblo convocado por Él, para que en unidad podamos ir construyendo ese pueblo santo que Él quiere y espera. Cada uno de nosotros somos parte viva de la iglesia.
El por qué y el para qué de nuestra vida, de nuestra existencia, es la iglesia. Fuimos creados para vivir en comunidad y fuimos invitados por Dios para celebrar esta unidad, y la celebración de esta convocatoria es la Iglesia.
Cristo inaugura la Iglesia con la Buena Noticia, esto nos dice el catecismo: "El Señor Jesús comenzó su Iglesia con el anuncio de la Buena Noticia, es decir, de la llegada del Reino de Dios prometido desde hacía siglos en las Escrituras"
Pero la Iglesia ha nacido principalmente del don total de Cristo por nuestra salvación, anticipado en la institución de la Eucaristía y realizado en la cruz. "El agua y la sangre que brotan del costado abierto de Jesús crucificado son signo de este comienzo y crecimiento" (LG 3) ."Pues del costado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de toda la Iglesia"
 "Cuando el Hijo terminó la obra que el Padre le encargó realizar en la tierra, fue enviado el Espíritu Santo el día de Pentecostés para que santificara continuamente a la Iglesia" (LG4). Es entonces cuando "la Iglesia se manifestó públicamente ante la multitud; se inició la difusión del Evangelio entre los pueblos mediante la predicación" (AG 4). Como ella es "convocatoria" de salvación para todos los hombres, la Iglesia es, por su misma naturaleza, misionera enviada por Cristo a todas las naciones para hacer de ellas discípulos suyos (cf. Mt 28, 19-20; AG 2,5-6).
La iglesia es por lo tanto el mayor sacramento del amor de Dios, es el signo visible y palpable del actuar de Dios trinidad para el bien de toda la humanidad.
No es porque vos o yo nos sintamos Iglesia esta sea una realidad, no es por el sentir del ser humano, sino que es porque Dios te hiuzo y tepensó Iglesia y así te llamó, al seno de su amor en una gran convocatoria, que nada ni nadie puede quitarte. Somos Iglesia porque Dios nos hace Iglesia, porque Dios nos llama Iglesia, porque Dios nos quiere iglesia.
Es una responsabilidad de todos los bautizados tomar nuestra parte en la Iglesia, ocupar nuestro lugar, sentirnos piedras vivas en la construcción. Tanto los que ha sido elegidos por el Gran Pastor para cuidar de su Iglesia, como los que somos invitados a obedecer a la voz del Pastor a través de ellos.
Ser iglesia es signo de unidad, testimonio de unidad, reflejo de la unidad de Dios con cada uno de nosotros. Es el Misterio del amor de Dios por sus hijos que los convoca a una unidad sacramental, a una unidad visible y auténtica, a una unidad organizada y jerárquica, pero unidad única y santa. No se puede ser Iglesia en la desunión, no se puede ser iglesia disgregada, la misma unidad de Dios, Uno y Trino, es la unidad derramada y reflejada en la Iglesia. Vos y Yo somos signos visibles de esa unidad y con nuestro actuar nos hacemos responsables de mostrar con fidelidad la unidad a la que somos llamados.
Yo como Iglesia que construyo la Casa de Dios no puedo ni debo ponerme en lugar de juez y decidir cual ladrillo puede estar y cual ladrillo debe ser retirado de su puesto. Si nos damos cuenta que al sacar un ladrillo en cualquier construcción queda un espacio vacío por donde se filtra el aire, la mugre, el agua y todo lo que puede arruinar la construcción.
San pablo nos explica demasiado perfectamente elmoverse y el ser de la iglesia cuando la compara con el cuerpo (1 Cor. 12,, 12-27) donde termina diciendo: “Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese cuerpo”
El Pueblo de Dios tiene características que le distinguen claramente de todos los grupos religiosos, étnicos, políticos o culturales de la historia:
* Es el Pueblode Dios: Dios no pertenece en propiedad a ningún pueblo. Pero Él ha adquirido para sí un pueblo de aquellos que antes no eran un pueblo: "una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa" (1 P 2, 9).
Es una elección de parte de Dios que nosotros seamos parte de ese Pueblo, de esa elección especial. Y a formar este pueblo somos llamados todos. Y entramos a formar parte de esta elección por el Santo Bautismo, donde el Señor nos sella con su Espíritu y nos hace participar del gran Misterio de Salvación en su Hijo, nuestro pastor y Cabeza.. Se llega a ser miembro de este cuerpo no por el nacimiento físico, sino por el "nacimiento de arriba", "del agua y del Espíritu" (Jn 3, 3-5), es decir, por la fe en Cristo y el Bautismo.
Este pueblo tiene por Cabeza a Jesús el Cristo [Ungido, Mesías]: porque la misma Unción, el Espíritu Santo fluye desde la Cabeza al Cuerpo, es "el Pueblo mesiánico".
"La identidad de este Pueblo, es la dignidad y la libertad de los hijos de Dios en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como en un templo" (LG9).
"Su ley, es el mandamiento nuevo: amar como el mismo Cristo mismo nos amó (cf.Jn13, 34)". Esta es la ley "nueva" del Espíritu Santo (Rm 8,2; Ga 5, 25).
Su misión es ser la sal de la tierra y la luz del mundo (cf. Mt 5, 13-16). "Es un germen muy seguro de unidad, de esperanza y de salvación para todo el género humano" (LG9.
"Su destino es el Reino de Dios, que él mismo comenzó en este mundo, que ha de ser extendido hasta que él mismo lo lleve también a su perfección" (LG 9).
Por lo tanto, ser Iglesia conlleva tener conciencia de lo que somos, de lo que tenemos, y para lo que estamos. Somos pueblo de Dios, tenemos la Identidad que es libertad y estamos para ser luz y sal.
La iglesia tiene, además, cuatro características principales: UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA.
Una porque Dios es Uno, porque esencialmente Dios es unidad, porque no existe una cabeza con varios cuerpos, sino una Cabeza y un Único Cuerpo. Cristo da permanentemente a su Iglesia el don de la unidad, pero la Iglesia debe orar y trabajar siempre para mantener, reforzar y perfeccionar la unidad que Cristo quiere para ella. Por eso Cristo mismo rogó en la hora de su Pasión, y no cesa de rogar al Padre por la unidad de sus discípulos: "Que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos sean también uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17, 21).
Es Santa porque su fundador es santa, porque el que le da vida es santo, porque el dueño es santo. Es Santa porque Dios es santísimo. Es santa porque la cabeza es Santa. Y la santidad llega a todos los miembros, la santidad es el adorno de la casa de Dios.
La santidad de la iglesia nos viene de la santidad de Dios y es Dios quien nos santifica. Todos somos llamados e invitados a ser santos en el seno de la Iglesia y porque somos iglesia.
Es Católica porque es Universal, es para todos. Es universal porque Cristo está presente en ella y donde Está Cristo está la Iglesia. Y es Católica porque es enviada a todo pueblo y nación, a todas las lenguas, a todos los hombres. La iglesia porque es católica es misionera, es enviada. Como iglesia Católica que somos tenemos la responsabilidad de llevar la Buena Noticia, en unidad con la Cabeza y sus pastores, todos llevando el mismo mensaje de salvación que es para todos.
Y la iglesia es Apostólica porque está cimentada en los apóstoles, en los primeros convocados por Jesús para la misión.
La Iglesia es apostólica porque está fundada sobre los apóstoles, y esto en un triple sentido:
* Fue y permanece edificada sobre "el fundamento de los Apóstoles" (Ef 2, 20; Hch21, 14), testigos escogidos y enviados en misión por el mismo Cristo (cf. Mt 28, 16-20; Hch 1, 8; 1 Co 9, 1; 15, 7-8; Ga 1, l; etc.).
* Guarda y transmite, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en ella, la enseñanza (cf. Hch 2, 42), el buen depósito, las sanas palabras oídas a los Apóstoles (cf 2 Tm1, 13-14).
* Sigue siendo enseñada, santificada y dirigida por los Apóstoles hasta la vuelta de Cristo gracias a aquellos que les suceden en su ministerio pastoral: el colegio de los obispos, "al que asisten los presbíteros juntamente con el sucesor de Pedro y Sumo Pastor de la Iglesia"
Gracias a Dios la iglesia está orientada al orden a través de los sucesores de los apóstoles. El Santo Padre, los Obispos, Sacerdotes y Diáconos, nos ayudan a mantenernos unidos.
Esa es la función de los pastores, mantener la unidad, hacer que el Santo Pueblo de Dios pueda cumplir con fidelidad la misión encomendada. Tienen la misión de ayudarnos a dar una respuesta eficaz y fecunda como Iglesia. Su función es cuidarnos, cuidar que la buena doctrina, que las enseñanzas de Cristo se vivan y se transmitan con fidelidad.
Son nuestros padres y pastores los que deben darnos la seguridad, la certeza yla esperanza de que la iglesia es Una, es Santa, es Católica y es apostólica.
Todos somos apóstoles en cuanto a que todos hemos recibido de parte de Jesús el mandato de la evangelización a todos y cada uno de nuestros hermanos, el mensaje de salvación debe llegar a través de la iglesia, que somos nosotros. Y esa libertad de la Iglesia es la identidad como tal, no solo tenemos la obligación y el deber, sino que es un derecho que todos, como iglesia, tenemos. Transmitir la experiencia de Dios en comunión.

La comunión y la unidad de la Iglesia se acrecienta con la obediencia a nuestros Pastores, la obediencia a la enseñanza del magisterio. Esto nos ayuda a tener unidad de criterio, donde se puede vislumbrar que Dios es solo uno así como su mensaje.

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